“Vehículo tóxico”: la ingeniosa protesta ingeniosa en España por la falta de claridad en el sistema de etiquetas medioambientales de la DGT

Hace siete años, la Dirección General de Tráfico (DGT) implementó el sistema actual de etiquetas medioambientales, enviando un gran número de ellas a miles de conductores. Sin embargo, todavía no está claro el criterio que utilizó la DGT para determinar qué propietarios las recibirían de forma gratuita en sus hogares y cuáles no, lo que generó confusión entre los conductores.

Inicialmente, el uso de estas etiquetas era voluntario. La DGT explicaba que su utilización era recomendable, dejando en manos de los ayuntamientos la posibilidad de hacerlas obligatorias mediante legislación, como sucedió en Madrid hace un año con la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones.

Multas

Sin embargo, en la capital española, el incumplimiento del uso de las etiquetas se traduce en una multa de 100 euros. El área de tráfico del Ayuntamiento de Madrid justifica esta medida como una forma de simplificar el trabajo de los agentes municipales.

Una de las categorías más perjudicadas por esta normativa fue la de los vehículos calificados como "etiqueta A", los cuales no tenían derecho a llevar la pegatina de la DGT. Estos propietarios, en su mayoría dueños de coches antiguos, no sobran de dinero, pero sí de ingenio y sentido del humor. Como respuesta, han creado una quinta etiqueta de la DGT a la que han denominado "vehículo tóxico".

Esta nueva etiqueta ha causado furor en España y miles de coches la lucen orgullosamente en sus parabrisas delanteros. Se trata de una réplica perfecta de las pegatinas oficiales, pues reproduce fielmente su diseño e incluso incluye un código QR.

Aunque la conocida como "etiqueta tóxica" se puede adquirir por internet a un precio cercano a los 10 euros, carece de validez legal. Sin embargo, ha ganado popularidad debido a su carácter humorístico y como forma de protesta por parte de los casi diez millones de españoles que poseen un coche sin etiqueta.

Código Penal

Hasta ahora, no se ha reportado ningún caso en el que un agente de la autoridad haya multado a un vehículo que porte la "etiqueta tóxica" por suplantación o manipulación de un documento público, lo cual constituiría un delito de falsedad según el artículo 399.2 del Código Penal. Esta infracción puede ser sancionada con una multa que oscila entre los 6.000 y los 12.000 euros, además de una pena de cárcel que va de tres a seis meses. Un ejemplo reciente de esta situación se dio con una red de conductores que falsificaban y manipulaban pegatinas de la ITV.

Aunque la etiqueta tóxica puede parecer una respuesta humorística a la falta de claridad en el sistema de etiquetas medioambientales, es importante recordar que su uso no es legal ni está respaldado por las autoridades competentes.