Estrategia de biodiversidad

Claves para entender la polémica ley de restauración de la naturaleza de la UE

Los grupos ecologistas y la izquierda acusan a los conservadores de desinformación y de no ofrecer ninguna alternativa para prevenir la degradación

naturaleza ue

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Silvia Martinez

La ley de la restauración de la naturaleza, una pieza clave de la estrategia de biodiversidad de la UE que incluye objetivos vinculantes para restaurar y recuperar ecosistemas y hábitats degradados de aquí a 2030, se ha convertido en las últimas semanas en motivo de discordia entre las fuerzas políticas europeas por la oposición radical de los conservadores europeos del Parlamento Europeo, con el Partido Popular Europeo (PPE) a la cabeza, que entienden que esta legislación tendrá un impacto negativo sobre las comunidades rurales y los agricultores.

Los grupos ecologistas y la izquierda, por su parte, acusan a los conservadores de desinformación y de no ofrecer ninguna alternativa para prevenir la degradación. Pese al enfrentamiento en la Eurocámara, que este martes afronta otra votación en la comisión de medio ambiente de las enmiendas, los gobiernos ya han adoptado su posición y están listos para negociar el texto a finales de julio.

¿Cuál es la situación en materia de biodiversidad?

El diagnóstico de Bruselas arroja un balance preocupante. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el 81% de los hábitats protegidos, el 39% de las aves protegidas y el 63% de otras especies protegidas de la UE se encuentran en mal o muy mal estado y restaurar los humedales, ríos, bosques, praderas, ecosistemas marinos y las especies que albergan es crucial para aumentar la biodiversidad; garantiza que la naturaleza sigue limpiando el agua y el aire, y poliniza los cultivos; limita el calentamiento global a 1,5ºC; y aumenta la resiliencia y la autonomía estratégica de Europa, previniendo las catástrofes naturales y reduciendo los riesgos para la seguridad alimentaria.

¿Qué es y qué pretende la ley?

La Comisión Europea presentó la propuesta hace un año, en junio de 2022, con el objetivo de establecer medidas de restauración y recuperación de ecosistemas degradados. El objetivo es recuperar al menos el 20% de los hábitats terrestres y marinos para 2030 y reparar todos los ecosistemas que necesiten restaurarse para 2050, con objetivos y obligaciones jurídicamente vinculantes para la restauración de la naturaleza en cada uno de los ecosistemas (desde las tierras agrícolas y los bosques hasta los ecosistemas marinos, urbanos y de agua dulce). Según los cálculos de Bruselas, invertir un euro en restaurar la naturaleza supondrá entre 8 y 38 euros de beneficios económicos.

¿En qué fase está la negociación?

Los gobiernos europeos adoptaron el pasado 20 de junio un acuerdo político sobre la nueva ley que servirá de base ahora a la presidencia española de la UE para negociar el texto legislativo final con el Parlamento Europeo. La Eurocámara debe todavía concluir su parte. La comisión de medio ambiente bloqueó a mediados de junio el intento del PPE, apoyado por los ultraconservadores y la extrema derecha, de tumbar la propuesta -su moción terminó en tablas 44 a 44- aunque no concluyó la votación de todas las enmiendas. La comisión parlamentaria debe concluir la votación este 27 de junio antes de que el expediente pueda llegar a pleno para su examen final.

¿Cómo votaron los Estados miembros?

A favor de la ley votaron un total de 20 países de la UE, incluida España, Alemania, Francia, Portugal o Grecia entre otros. En contra votaron Polonia, Italia, Finlandia, Suecia y Holanda mientras que se abstuvieron Austria y Bélgica.

¿Por qué se opone el PPE?

A finales de mayo, en un movimiento calificado de electoralista por algunos grupos de la cámara, los conservadores anunciaron que abandonaban las negociaciones del texto. Alegaron que la legislación conducirá a una menor producción de alimentos en Europa y precios más elevados, socavando la seguridad alimentaria en África y bloqueando proyectos de infraestructura cruciales para la transición climática. “No podemos seguir como si no hubiera pasado nada con nuestra economía desde el inicio de la guerra y la excesiva presión que ejerce sobre nuestras comunidades rurales y nuestros agricultores. El grupo PPE está a favor de la protección y restauración de la naturaleza, pero esta ley simplemente no es suficiente”, dijeron entonces arremetiendo contra la redacción de la ley y calificándola de ataque a la agricultura, la silvicultura y la pesca europeas. 

¿Qué piden los conservadores?

En primer lugar, que el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, retire la propuesta, algo que también ha solicitado la asociación europea de organizaciones agrarias, y que Bruselas ni se plantea. Un pulso que augura batalla política hasta el mismo pleno del Parlamento Europeo, que arrancará el próximo 10 de julio, y que tendrá la última palabra. Antes, el texto tendrá que superar el aprobado en la comisión de medioambiente este martes 27 de junio y a cuyo presidente, Pascal Canfin, los populares han acusado de actuar con tácticas dilatorias. “La última palabra no está dicha”, ha avisado la negociadora de los populares, Christine Schneider.

¿Cuál es la posición de los gobiernos?

Los Veintisiete quieren medidas de restauración para que al menos el 20% de los hábitats de los ecosistemas terrestres, costeros, de agua dulce y marinos que no estén en buenas condiciones vuelvan a estarlo para el año 2030. Esto se aplicaría al menos al 20% de la superficie total de los tipos de hábitats que no se consideran en buen estado. Los Estados miembros también defienden flexibilidad para establecer medidas de restauración en al menos el 60% para 2040 y en al menos el 90% para 2050 de la superficie de cada grupo de hábitats que no esté en buen estado. Así como excepciones para las zonas marinas con hábitats de sedimentos blandos, que estarán exentas de cumplir el objetivo de 2030. Los gobiernos también se comprometen a evitar un “deterioro significativo” en las zonas en buen estado fuera de la red Natura 2000, a mejorar los conocimientos sobre los hábitats y a controlar que no se produzcan pérdidas de zonas verdes en ecosistemas urbanos.

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