Entrevista | Ignacio González Cirujano colaborador del Instituto Proctológico Doctor Padrón

Ignacio González: «Las consultas por hemorroides aumentan un 30% en verano»

El doctor advierte de la importancia que tiene llevar a cabo hábitos de vida saludables para evitar desarrollar hemorroides

El doctor Ignacio González.

El doctor Ignacio González. / LP/DLP

Y. M.

El doctor Ignacio González, cirujano colaborador del Instituto Proctológico Doctor Padrón, advierte de la importancia que tiene llevar a cabo hábitos de vida saludables para evitar desarrollar hemorroides. Según indica el especialista, cualquier persona puede sufrir este problema en algún momento. Sin embargo, durante el verano, aumenta en un 30% la presencia de pacientes en las consultas de los proctólogos por esta causa. 

¿Cualquier persona puede padecer hemorroides, o hay sujetos más propensos que otros?

Hay personas más propensas, pero la realidad es que cualquiera puede padecerlas. El tejido que forma las hemorroides es anatómico y lo tenemos todos. Su función es formar unas almohadillas en el canal anal, que son las que ayudan a controlar el tono del esfínter. Cuando interviene algún factor que produce inflamación, irritación e, incluso, agresión sobre esa zona es cuando pueden aparecer los problemas hemorroidales, que suelen ir acompañados de dolor y sangrado.

¿Por qué este problema suele empeorar en verano?

Lo cierto es que en verano aumenta en un 30% la presencia de pacientes con problemas hemorroidales en las consultas. Entre las circunstancias que influyen se encuentra el calor. Al fin y al cabo, las hemorroides son dilataciones varicosas de venas, por lo que si ya de por sí en verano tienden a inflamarse las piernas, también es normal que esta estación del año favorezca esta dilatación. A esto se suma que cambiamos nuestras rutinas, la alimentación y que, muchas veces, nos olvidamos de hidratarnos los suficiente. Lo ideal es buscar un poco de equilibrio.

¿También es común que la dolencia debute en esta estación?

Hay pacientes a los que les puede ocurrir. De hecho, hay personas que reúnen una serie de factores que las predispone más que a otras. Algunos ejemplos los ponen las mujeres que tienen varices en las piernas, las embarazadas y aquellas que tienen partos múltiples y dificultades de retorno venoso. En este sentido, hay que decir que el verano puede influir por el calor y el cambio de rutinas, pero en realidad el conflicto puede surgir en cualquier estación del año. 

¿Cómo influyen los cambios en los patrones de la alimentación?

El verano y las vacaciones siempre van de la mano de un cambio en nuestra dieta y en nuestros hábitos. Hay que tener en cuenta que algunos de los productos que pueden contribuir a la aparición de este problema son los alimentos picantes y el alcohol, ya que en esta época solemos descontrolar más lo que comemos. Por otro lado, hay gente que padece estreñimiento o que tiene dificultades para ir al baño, y que suele tomar productos ricos en fibra e infusiones para mejorar el tránsito intestinal. Cabe destacar que si esta rutina se pierde y se producen problemas defecatorios, es muy probable que estas personas sufran inflamaciones hemorroidales.

¿Cómo se puede aliviar los síntomas que provocan?

Los baños en el mar son muy positivos porque en nuestras Islas el agua suele estar fresca y esto disminuye la congestión hemorroidal. Además, el hecho de hacer movimientos con las piernas ayuda a mejorar la circulación de retorno. También es fundamental evitar el sedentarismo, recurrir a los baños con agua fría en lugar de al hielo y aplicar cremas hidratantes como la vaselina. Estas últimas deben estar en la nevera. 

"Es fundamental evitar el sedentarismo y aplicar cremas hidratantes"

¿Hay que recurrir siempre a la cirugía para eliminar las almorranas?

No siempre. Ahora bien, es evidente que las personas que sufren problemas hemorroidales con frecuencia tienen un problema de base que no se va a resolver ni con la prevención ni con remedios que están fuera del ámbito quirúrgico. Tarde o temprano, estos pacientes acaban necesitando una intervención. 

¿Cómo se puede prevenir la enfermedad hemorroidal?

Lo primero que hay que hacer es evitar el sedentarismo. Por esta razón, es muy importante practicar ejercicio físico o, al menos, caminar media hora cada día. También hay que controlar la alimentación y procurar que sea rica en fibra, vegetales y frutas. Otro pilar básico es la hidratación, por lo que hay que beber un litro y medio de agua cada día y reducir el consumo de alcohol. Por último, es muy importante no posponer el momento de ir al baño y evitar consumir laxantes en exceso. Hoy en día es muy común que estas sustancias se vendan sin receta en las farmacias, pero lo que no todo el mundo sabe es que provocan una alteración en el PH de las heces que puede derivar en una irritación. 

¿Cuáles son los procesos quirúrgicos más empleados?

Todo depende de la sintomatología de cada paciente. El caso más urgente que solemos ver en las consultas es el prolapso hemorroidal trombosado, que consiste en la aparición de un bulto que incomoda mucho a los afectados. Normalmente, suele ser fruto de un gran esfuerzo que puede haberse realizado el día anterior caminando, haciendo algún tipo de ejercicio de fuerza en el gimnasio, o bien, a la hora de ir al baño. Nuestra función consiste en valorar cada caso y, a partir de ahí, determinar si se puede prescibir un tratamiento de 48 horas, que consiste en aplicar venotónicos y cremas como el Thrombocid o la vaselina, además de hacer lavados con agua fresca. Si el paciente no mejora, lo más indicado es la intervención quirúrgica urgente. En la actualidad, esta operación dura solo unos minutos y se realiza de forma ambulatoria con anestesia local. No obstante, dependiendo del grado de las hemorroides, podemos utilizar unos métodos u otros. El objetivo es recurrir siempre al menos agresivo para que el paciente se pueda reincorporar lo antes posible a sus rutinas. En nuestro caso, desde hace ya varios años, utilizamos las ligaduras con banda elástica para tratar las hemorroides de grados dos y tres y, en algunos casos, como tratamiento coadyuvante al cuatro. Para los grados más pequeños, hoy en día hay tratamientos con microespuma esclerosante. En niveles más avanzados, es frecuente que sea necesario combinar varios métodos.

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