Pederastia eclesial

España y Francia, los países que han identificado más casos de abusos sexuales en la Iglesia

Cada país ha abordado las investigaciones con diferentes metodología e interés, por lo que no se pueden comparar las situaciones

Una protesta en Roma contra los abusos en la Iglesia, en una imagen de archivo.

Una protesta en Roma contra los abusos en la Iglesia, en una imagen de archivo. / EFE

Enric Bonet, Idoya Noain, Irene Savio

Desde este viernes, España cuenta con el primer informe que pone coordenadas a los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia. El estudio del Defensor del Pueblo ha cifrado en más de 400.000 personas las víctimas de la pederastia eclesial. Lo ha hecho a partir de una encuesta, la primera realizada desde 1994, en la que han participado 8.013 personas. La cifra, junto con la francesa, es la más abultada de las investigaciones llevadas a cabo en Occidente. Sin embargo, conviene tener en cuenta que cada país ha abordado el estudio con metodologías diferentes, desde que Irlanda y Estados Unidos fueron los primeros en poner sobre la mesa el asunto. Así está la situación en cada país.

Irlanda

Irlanda es uno de los países europeos con más casos de abuso sexual de menores cometidos por miembros de la Iglesia Católica. En informes publicados en la primera década de este siglo se han identificado hasta 14.500 víctimas, la mayoría niños que residían en escuelas industriales y en reformatorios.

En el año 2000, después de la emisión de una serie que puso el foco sobre la pederastia en la Iglesia irlandesa, se creó la Comisión para la Investigación del Abuso Infantil (CICA). Conocida como comisión Ryan, ha sido la investigación más completa. A lo largo de sus 2.500 páginas, se documentan los abusos contra niños y niñas cometidos por sacerdotes, monjes y laicos entre 1937 y 1978 en la Arquidiócesis de Dublín, la más grande del país. El informe califica al 66% de los casos como “abuso sexual, emocional, negligente y físico”. Hasta 253 víctimas denunciaron lo sucedido y testificaron sobre los abusos sexuales y las torturas físicas que habían sufrido, A partir de eso pudieron ser identificados 134 abusadores y otros 208 fueron señalados, aunque no se conocieron sus nombres.

El Informe Murphy, impulsado por una jueza con ese apellido y publicado en el mismo año que el anterior, también fue muy importante en el avance de las investigaciones: se recibieron 320 acusaciones contra 46 sacerdotes, y 11 fueron condenados por hechos ocurridos entre 1975 y 2004. Ese informe señaló además a las personas que encubrieron los delitos, delató a los clérigos responsables y recomendó que las víctimas fueran compensadas económicamente por los daños sufridos, pero no todas recibieron el dinero que les correspondía.  

De hecho, en las últimas décadas más de 1.300 sacerdotes irlandeses han sido acusados de abusos de menores, pero menos de una décima parte han sido condenados en los tribunales.

La Iglesia de Inglaterra, en un país de mayoría protestante, también ha registrado denuncias. Entre 1940 y hasta 2018, 390 personas del clero o con puestos de confianza han sido procesadas por abusos sexuales contra menores.

Estados Unidos

Estados Unidos contribuyó a poner en el foco mundial la pederastia en la Iglesia católica cuando en 2002 una investigación del 'Boston Globe', llevada a la ficción en la oscarizada película 'Spotlight', derribó definitivamente el muro de silencio sobre el problema. Pese al escándalo, y a los análisis e investigaciones que se han realizado desde entonces, no existe un estudio definitivo. Los números oficiales recabados recogen aproximadamente 20.000 víctimas, aunque numerosos observadores creen que en realidad podría tratarse de 100.000.

El primer análisis a fondo lo publicó en 2004, a instancias de la Conferencia Episcopal y usando solo información facilitada por la propia Iglesia, el John Jay College de Justicia Penal, que encontró 11.000 supervivientes. Los abusos alcanzaron su pico entre 1974 y 1982: el 80,9% de las víctimas eran hombres y la mayoría (59,2%) los sufrieron cuando tenían entre 10 y 14 años.

Actualizaciones de ese informe y otros estudios también encargados por los obispos a un centro de la Universidad de Washington que los realizó hasta 2018 elevaron la cifra de víctimas hasta los 20.000.

Los números han sido puestos en cuestión no solo por la metodología, sino por los resultados de investigaciones de fiscalías que se han acometido en los estados y que han arrojado cifras de víctimas que no cuadran. Y aunque ese impulso del Departamento de Justicia y de algunos fiscales avanza poco a poco y va arrojando más luz, muchos siguen reclamando que el Congreso establezca una comisión de investigación nacional. Idoya Noain

Francia

Más de 330.000 menores sufrieron abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica en Francia desde 1950. Entre esas víctimas, unas 216.000 fueron agredidas por sacerdotes y religiosos. El resto padeció tocamientos, violaciones u otro tipo de agresiones por parte de personas laicas que trabajaron en instituciones católicas. La Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase) anunció esa dramática cifra hace dos años. Lo hizo tras haber elaborado un detallado informe entre 2019 y 2021 por iniciativa de la misma institución eclesiástica como respuesta al 'affaire Barbarin'. La Justicia francesa condenó en primera instancia, pero luego absolvió, al cardenal de Francia entre 2003 y 2020 por no haber denunciado los reiterados abusos a menores del sacerdote Bernard Preynat. 

Además de reconocer la existencia de ese elevado número de víctimas, la Iglesia gala creó un fondo para indemnizarlas. De momento, sin embargo, menos de un centenar de los 1.800 que lo pidieron recibieron esa compensación. Enric Bonet

Alemania

En Alemania, el primer análisis con datos exhaustivos sobre la dimensión de los abusos sexuales de menores en la iglesia católica procedió de la Conferencia Episcopal, que encargó un estudio independiente ante el goteo de escándalos en diferentes diócesis. Ese informe, publicado en 2019, cifró en 1.670 el número de religiosos que desde 1946 habían abusado sexualmente de unos 3.677 menores. Posteriormente se han abierto las actas de sucesivas diócesis y salieron a relucir casos de encubrimiento o ocultación de pruebas por parte de obispos como el de Colonia, Rainer Maria Woelki.

El escándalo alcanzó la gestión de Joseph Ratzinger en sus tiempos de arzobispo de Múnich-Freising, décadas antes de ponerse al frente de la Congregación de la Fe y convertirse luego en papa Benedicto XVI. Se reveló el caso del capellán Peter H, quien fue trasladado a su diócesis en 1980, tras haber abusado de una treintena de menores. Ratzinger aprobó el traslado sin informar al Vaticano. Al capellán se le confiaron tareas de asesor espiritual de menores, donde presuntamente hubo nuevos abusos.

La sospecha de encubrimiento persiguió a Benedicto XVI hasta su muerte, como papa emérito, en 2022. Recientes revelaciones atestiguan que supo de esos abusos. Uno de los afectados reclama 350.000 euros de indemnización a los herederos legales de papa alemán. Gemma Casadevall

Australia

Una “tragedia nacional”. Así calificaba una comisión especial en 2017 los abusos sexuales a niños cometidos por la iglesia católica australiana desde la década de 1950. Las investigaciones vincularon a 1.900 sacerdotes (93 altos cargos entre ellos) a 4.500 denuncias, el grueso de ellas correspondientes al lapso entre 1980 y 2015. El Gobierno exigió una disculpa pública y estableció un fondo para destinar un máximo de 150.000 dólares australianos (90.000 euros) a cada víctima. El informe final también pidió al Vaticano que acabara con la obligación del celibato, que eximiera del secreto de confesión en casos de pederastia y que tratara los abusos a menores como delitos. Canberra sentó en el banquillo al cardenal George Pell, entonces el número tres del Vaticano, y el más alto cargo de la Iglesia en ser juzgado. Fue condenado en dos instancias por pederastia y finalmente absuelto por el Tribunal Superior. Cuando murió este año, ya septuagenario, la Red de Supervivientes de Abusos de Sacerdotes lamentó su “inacción” y “frialdad” hacia las víctimasAdrián Foncillas

Italia

En Italia todavía no se ha creado una comisión de investigación sobre la plaga de los abusos cometidos por el clero católico local, razón por la que lo único que existe hasta la fecha son estimaciones basadas en las denuncias conocidas. Una de ellas ha sido la difundida en febrero pasado por la red L’Abuso, principal asociación italiana de víctimas, según la cual 418 curas abusaron de 30.000 personas en los últimos 13 años. Aun así, otras fuentes creen que es muy probable que esta cifra sea considerablemente mayor, al tiempo que la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) de momento solo ha informado de 68 sacerdotes culpados de abusos contra 89 víctimas entre 2020 y 2021. De ahí que las asociaciones de víctimas (y familias de víctimas) sigan insistiendo no solo en la creación de una comisión independiente que investigue el tema, sino también en la necesidad de que se abran los archivos eclesiásticos pertinentes de los últimos 50 años. Irene Savio

Portugal

Al menos 4.815 niños y niñas han sido víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia en Portugal desde 1950. Esta es la principal conclusión del informe presentado el pasado mes de febrero por la Comisión Independiente para el Estudio de Abusos Sexuales a Niños en la Iglesia, un órgano creado por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) a principios de 2022 para investigar los casos cometidos en las últimas décadas.

El estudio, liderado por el psiquiatra Pedro Strecht, ha recogido 512 testimonios de víctimas, ha identificado a algunos de los abusadores y ha establecido recomendaciones para evitar nuevos casos en el futuro. "No es posible cuantificar el total de crímenes", ha admitido Strecht, que ha subrayado que "la mayoría de las víctimas fueron abusadas más de una vez".

Poco después de la publicación del informe, el presidente de la CEP, el obispo José Ornelas, insistió en pedir perdón a las víctimas e hizo autocrítica por la incapacidad de la Iglesia en gestionar los abusos durante años.