Cine | 13º Muestra de Lanzarote

Sobre la maternidad y el infortunio

Claudio Utrera

Claudio Utrera

Para la jornada de hoy, la Muestra de Cine de Lanzarote ofrece, en su sección oficial, un programa doble constituido por un interesante documental de producción chilena y por un extraño y magnético thriller de marcado acento social, procedente de Ucrania.

El primero, Malqueridas (2023), dirigido por la joven debutante Tana Gilbert Fernández, que estará presente en El Almacén, viene avalado por el Gran Premio de la Semana Internacional de la Crítica de la Mostra veneciana, mientras que el segundo, La Palisiada (La Palisiada, 2023), de Philip Sotnychenko, llega a Lanzarote tras haber participado, dentro del apartado competitivo, en el pasado Festival de Cine de Rotterdam donde, como era de esperar, y a tenor de su arriesgada propuesta narrativa, no solo cosechó el aplauso clamoroso de la crítica sino algún que otro sonoro rechazo entre algunos sectores del público.

Sea como fuere, tanto el filme chileno como el drama de Sotnychenko representan el prototipo de producción independiente que circula frecuentemente por certámenes que, como el de Lanzarote, apelan directamente a la inteligencia del espectador y, sobre todo, a su capacidad para observar mucho más allá de la mera pulsión escópica que muestran infinidad de películas en la actualidad. Así, vemos en Malqueridas un planteamiento estético y conceptual que se distancia radicalmente de las fórmulas narrativas más ortodoxas para llegar mucho más lejos en la exposición visual de un asunto de tanto calado emocional y de tanto arraigo social como el de la maternidad observada, en este caso, desde la perspectiva que ofrece la privación de la libertad.

El empleo en este filme de las imágenes, a menudo distorsionadas, que ofrece un soporte tan frágil como el de los móviles son hábilmente utilizadas por varias reclusas de una cárcel de mujeres en Chile para retratarnos el día a día y la enorme precariedad con la que estas mujeres viven su maternidad y el distanciamiento que las separa de sus respectivos núcleos familiares.

Gilbert lo hace entremezclando en el espejo de la realidad carcelaria el realismo más amargo con imágenes convertidas, por mor de la tecnología, en auténticas abstracciones que envuelven esta ópera prima en un vertiginoso y rutilante caudal de poesía visual.

Entre tanto, en La Palisiada, el director ucraniano reúne en un alambicado thriller a dos personajes, un psiquiatra forense y un detective, atrapados en las redes del enigmático asesinato de un compañero, combinando, con admirable destreza, sus propias contradicciones y sus verdades a medias ante el agobiante clima de hipocresía que se respira en su entorno social y familiar.