El riesgo de muerte por covid se duplica en personas no vacunadas

Un reciente artículo expone los beneficios de la vacunación frente al negacionismo

Archivo - Una mujer se vacuna contra la gripe y la Covid-19

Archivo - Una mujer se vacuna contra la gripe y la Covid-19 / Rocío Ruz - Europa Press - Archivo

Verónica Pavés

Verónica Pavés

El riesgo de morir tras infectarse de covid se duplica en aquellas personas que no se han vacunado, independientemente de la edad que tengan. En concreto, al comparar 11,7 millones de personas vacunadas con la primera dosis frente a 9,9 de personas que rehusaron el pinchazo, se ha encontrado que el riesgo de muerte aumentaba casi hasta un 250%, es decir, poco más del doble.

Así lo constata un reciente artículo publicado en la revista JAMA (Journal of the American Associaton) y firmado por dos miembros de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos, Peter Marks y Robert Califf, donde tratan de arrojar luz sobre las razones que llevan a las personas a no vacunarse y cómo evitarlo.

En dicho escrito los investigadores insisten en la necesidad de reforzar el mensaje de que las vacunas salvan vidas a través de los datos disponibles para poner freno al creciente negacionismo o desencanto de la población hacia las vacunas, especialmente a raíz de la del covid. «Esto tiene que ser comunicado de forma verbal o visual a las personas que estén pensando si vacunarse o no», insisten.

Los científicos proponen combatir la desinformación con «evidencia científica veraz»

En este sentido, concluyen que el mensaje, además, debe insistir en que este riesgo se incrementa a todas las edades. «Uno de los argumentos que se suele esgrimir para no vacunarse es que la covid no es grave en personas jóvenes, y a veces es difícil hacer que una persona tome acción cuando el riesgo individual es bajo, aunque el de complicaciones sea muy alto», resaltan los investigadores.

Información necesaria

En este sentido, y para hacer frente a la desinformación existente tan extensa sobre las vacunas, estos científicos proponen combatirla con «una gran cantidad de evidencia científica veraz y accesible».

De hecho, consideran que para evitar las hospitalizaciones, las muertes y reducir la carga del sistema sanitario y las familias, «necesitamos enfocarnos en asegurar que cada persona tenga la información necesaria para tomar decisiones informadas con respecto a la vacunación, considerando su perfil de riesgo-beneficio».

Este estudio llega en un momento en el que las campañas de vacunación frente a la covid y la gripe han perdido fuelle en toda España, incluyendo Canarias. Según Amos García Rojas, jefe de epidemiología del Gobierno de Canarias, la campaña empezó con poca fuerza y, a día de hoy, «no se ha conseguido recuperar las tasas de vacunación que se obtuvieron el año pasado».

De ahí que la Dirección General de Salud Pública haya recordado la importancia de este pinchazo como principal herramienta para prevenir cuadros graves de infecciones respiratorias como la gripe o la covid en caso de contagio. Además, como insiste evita la coexistencia de las dos infecciones en una misma persona, minimizando la gravedad de la enfermedad en el paciente y el estrés al sistema sanitario.

La vacuna, a día de hoy, es el medio más eficaz para evitar contraer o transmitir la gripe, especialmente, en aquellas personas que tienen riesgo de sufrir complicaciones en caso de padecer la enfermedad y en el personal que resulta esencial para la comunidad como el sanitario y los cuidadores de mayores o dependientes.

La vacuna, a día de hoy, es el medio más eficaz para evitar contraer o transmitir la gripe

Cada año, se establecen las recomendaciones de vacunación frente a la gripe en otoño-invierno para aquellos grupos de población con mayor riesgo de complicaciones en caso de padecer la infección, y en las personas que pueden transmitir la enfermedad a otras que tienen un alto riesgo de complicaciones.

El objetivo de la vacunación contra el coronavirus es reforzar la protección de las personas más vulnerables y la del personal sanitario y sociosanitario para reducir la morbimortalidad por el virus SARS-CoV-2 y el impacto de esta enfermedad sobre la capacidad de la atención sanitaria y sociosanitaria.

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