Caso reabierto

Un juzgado investiga por lesiones a 11 mossos que neutralizaron al ‘pistolero de Tarragona’

La hermana del fallecido presentó una denuncia contra los agentes del Grupo Especial de Intervención

El atacante, tras ser disparado por los Mossos.

El atacante, tras ser disparado por los Mossos. / EP

Germán González

El Juzgado de Instrucción número 1 de Reus investiga por un delito de lesiones a 11 agentes del Grupo Especial de Intervención de los Mossos d’Esquadra que el 14 de diciembre de 2021 neutralizaron al vigilante de seguridad Eugen Marín Sabau, conocido como ‘el pistolero de Tarragona’, tras una frenética huida de la policía después de haber disparado a tres excompañeros suyos de trabajo en Securitas.

La hermana del vigilante, que recibió un impacto de bala que lo dejó tetrapléjico y por eso pidió que se le aplicara la eutanasia, presentó una denuncia en el juzgado contra los agentes al considerar que las heridas que sufrió Sabau “no son justificables con la actuación policial” según se desprende de las declaraciones de los policías y de los informes médicos.

La denuncia, que fue ratificada ante el juez por la hermana de Sabau, se fundamenta en la instrucción practicada por el juzgado de Tarragona en la que constan las declaraciones de los agentes ahora investigados, el propio vigilante de seguridad, que negó haber disparado a un mossos en una rotonda durante su huida y dejarlo gravemente herido, así como varios testigos e informes médicos que remarcan la gravedad de sus lesiones. 

El 14 de diciembre de 2021, Subau disparó contra tres de sus excompañeros de trabajo en las oficinas de una empresa de seguridad, de la que había sido despedido, en pleno centro de Tarragona. Después inició una huida y también disparó a un agente de los Mossos d'Esquadra en un control en una rotonda en Reus. Finalmente se atrincheró en una masía abandonada de Riudoms (Tarragona), hasta que fue neutralizado por el Grupo Especial de Intervención de los Mossos tras un tiroteo en el que resultó herido de gravedad. A consecuencia de estas lesiones se le concedió la eutanasia el 23 de agosto de 2022.

Los cuatro heridos que dejó Subau, tres excompañeros y un agente, se opusieron a esta muerte asistida pero el juzgado de Tarragona la concedió. De esta forma se concluyó el proceso penal, aunque ahora un juzgado de Reus la reabre al admitir la denuncia de la hermana del vigilante contra los agentes que lo neutralizaron. Además de citar como investigados a los policías, el juzgado también ha pedido numerosos informes, como el de la Comisión de Garantías del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya que avaló la eutanasia de Sabau, o la declaración de varios testigos, como del que era jefe del área de investigación de Mossos.  

Actuación sin "mácula"

El sindicato USPAC, que lleva a algunos de los agentes imputados, señala que “tres meses después de su suicidio asistido, aparece una hermana que interpone una denuncia contra los mossos que le neutralizaron por cobrar una indemnización, algo que no hizo ni al interesado ante el juez cuando tuvo la oportunidad. Los abogados de USPAC están comparecidos al procedimiento abierto por el Juzgado de Instrucción 1 de Reus en defensa de los compañeros del GEI que neutralizaron a un pistolero que quería morir matando a la policía. Una actuación perfecta, sin ningún tipo de mácula, y tan meritoria que logró finalizar con la detención con vida del atacante y ningún compañero herido, lo más importante”.

Además, el sindicato recuerda que el sospechoso dejó escritos varios mensajes como “voy a vacunar a los jefes de Securitas con tres dosis de Glock-Pfizer de 9 milímetros. No quiero matarles, les dejaré jodidos. No estoy loco, lo he planeado a la perfección". También destacan que en su fuga “fue interceptado por un vehículo de agentes de investigación de Reus contra quien abrió fuego dejando herido de gravedad a un compañero. El Departamento de Interior se niega a indemnizarle por las lesiones sufridas en acto de servicio”.

“Sabau disponía de licencia de cinco armas de fuego: tres pistolas de 9 y 22 milímetros y uno rifle. Así se refugió en la masía de Riudoms, donde esperó a que llegaran los mossos. Los negociadores intentaron hablar con él varias veces. Los GEI efectuaron una maniobra de distracción para poder acercarse, momento en el que abrió fuego contra ellos hasta que pudo ser neutralizado. Su intención era morir como decía minutos antes en su correo: ‘Si me acorrala a la policía y tengo rehenes, la cosa acabará mal para ellos. No tengo familia y no tengo nada que perder. No me van a pillar vivo’, recuerdan desde USPAC. Ahora, un año y medio después, la muerte del ‘pistolero de Tarragona’ vuelve a dirimirse en un proceso penal.