Al menos 43 personas murieron ayer al estrellarse un avión de pasajeros ruso Yak-42 en la región de Yaroslavl, a unos 200 kilómetros al norte de Moscú. Tan solo dos de los ocupantes de la aeronave, Alexandr Galímov, un jugador de hockey, y un miembro de la tripulación, sobrevivieron sufriendo heridas de suma gravedad.

El aparato, un trimotor en el que viajaba a Minsk el equipo de hockey sobre hielo Lokomotiv, se estrelló poco después de despegar de Tunoshna, el aeropuerto de Yaroslavl, estalló en llamas y parte de su fuselaje cayó al río Volga. Rosaviatsia, la agencia de aviación civil rusa, indicó que según datos preliminares el avión no consiguió tomar la altura necesaria después del despegue y chocó con la antena de una radiobaliza situada fuera de la pista.