Atado, desmembrado y calcinado. Así fue como hallaron ayer los agentes de la Policía Nacional el cuerpo de un joven que horas antes había sido quemado en el barranco de Añaza, en Santa Cruz de Tenerife. El macabro hallazgo fue descubierto tras la voz de alarma de los vecinos del barrio, quienes desde el sábado habían percibido un fuerte olor a barbacoa y habían incluso visto a tres jóvenes en el cauce. "Parecía como si estuviesen asando jareas", relató uno de los residentes de la zona.

La Policía Científica y el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría Provincial tratan ahora de averiguar la identidad del cadáver. Pertenece a un varón de entre 20 y 30 años que además de haber sido troceado y quemado estaba atado por un alambre desde el cuello hasta una de sus piernas. Yacía en el fondo del barranco de la avenida principal de Añaza. El hallazgo fue descubierto por un hombre que paseaba por la zona al mediodía y que avisó a la Policía Local, cuyos agentes pusieron los hechos en conocimiento de la Policía Nacional. Una veintena de efectivos se trasladó al lugar.

Los agentes acordonaron la zona y bajaron al fondo del barranco donde llevaron a cabo la inspección ocular. Según las fuentes policiales consultadas, el cadáver estaba desmembrado en tres partes, completamente calcinado y con lo que parecía unos alambres enrollados en el cuello. Probablemente, los perros de caza abandonados en el lugar arrancaron algunos trozos del cadáver que fueron esparcidos por el barranco. Así, la cabeza apareció en los exteriores de una cueva, lugar donde probablemente se produjo el incendio principal ya que los vecinos llegaron a observar tres focos de ignición. Es más, se cree que aparte de utilizar algún acelerante como gasolina, también emplearon un neumático para avivar las llamas. Los agentes de la Policía Científica analizaban ayer uno de los pocos elementos que no destruyeron las llamas: unas zapatillas.

A las dos de la tarde, el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver y su posterior traslado hasta el Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia y de esta manera poder determinar las causas reales del óbito.

En cuanto a las pesquisas realizadas hasta el cierre de esta información, son tres las hipótesis que se mantienen abiertas. La primera es que se tratase de una opción de suicidio, por muy descabellada que parezca.

La segunda, que se trate de un ajuste de cuentas entre delincuentes; y la tercera, que la víctima fuese una mula, correo que transporta droga en el interior de su organismo y que mientras la expulsa le revienta una de las bolsas con droga, normalmente cocaína y acaba por fallecer. Ya se han dado dos casos en la Isla, ambos en demarcación de la Guardia Civil, en el municipio de Arona.

El primero fue en el paraje de Montaña Amarilla y el segundo en el barrio de Túnez. En ninguno de los casos el cuerpo ha sido identificado ni reclamado.