La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria tuvo que escoltar ayer a un par de obreros que intentaban derribar infraviviendas en la zona conocida como las Salinas en la playa de El Confital, ante la tenaz resistencia de sus ocupantes a desalojarlas.

Una veintena de personas ocupa de manera ilegal, ya que ellos mismos reconocen no tener títulos de propiedad, varios edificios de antiguas factorías dentro de los terrenos adquiridos por el Ayuntamiento en 2004. Desde hace seis o siete años, aunque en algunos casos son más de 14 años, estas personas se han instalado en las naves que estaban en ruinas y las han rehabilitado y convertido en viviendas. Sin embargo, el Ayuntamiento ha decidido recuperar y desalojar sus terrenos y por eso lleva varios días enviando comunicaciones de desalojo a los ocupantes que ayer vieron cómo las amenazabas se cumplían en forma de tractor.

Un tractor y un camión grúa llegaron a media mañana hasta una hilera de infraviviendas de esta zona con la intención de tirarlas abajo, encontrándose con la oposición de sus inquilinos y la de los vecinos de estos, amenazados también de desalojo. Ante la actitud hostil de algunos de ellos, los trabajadores requirieron la presencia de la policía, que desplazó hasta la playa una unidad del Grupo Operativo de Intervención y Apoyo (GOIA) de la guardia urbana con una decena de agentes.

Pese a la resistencia de los que los agentes llamaban "okupas" -uno de ellos incluso llegó a amenazar con quemarse a lo bonzo- al final cedieron y el tractor pudo echar abajo media docena de chabolas adosadas al muro de la vieja nave. Los tres inquilinos que se encontraban presentes en ese momento tuvieron el tiempo justo de desalojar sus enseres antes de que la piqueta botara las chabolas. El resto de inquilinos se niega a irse pese al aviso municipal para desalojar la zona antes de diez días sin una vivienda alternativa. Además, denunciaron que el desalojo regó la zona de restos de amianto de un techo de uralita derribado.