Daniel B. A. sufrió tres puñaladas en el corazón que acabaron con su vida en el interior de la vivienda de su padre, Francisco Javier B. C., presunto autor del crimen y quien tras acabar con la vida de su hijo, quemó su vehículo cuando estaban él y el cadáver del menor en su interior, quedando los cuerpos de ambos calcinados. Ésa es una de las conclusiones que arroja la autopsia que se le realizó al cuerpo durante la mañana de ayer y que además revela que el pequeño intentó defenderse de las cuchilladas que le propinó su progenitor, según fuentes cercanas al caso.

Los detalles de la muerte de Daniel B.A. son estremecedores y muestran de manera determinante que su asesinato y el posterior suicidio de su padre, Francisco Javier B. C., de 51 años y natural de la localidad coruñesa de Noia, no fueron fruto de un arranque de celos momentáneo por la separación de su exmujer, Isabel A. G., sino de un plan cuyos pasos estaban perfectamente establecidos desde el comienzo, según las investigaciones.

La autopsia no ha dejado ninguna duda al respecto. Daniel falleció a consecuencia de las tres puñaladas asestadas directamente en su corazón. Intentó defenderse al ver a su padre sobre él con un cuchillo de cocina en sus manos, pero nada pudo hacer a sus once años para detener a su progenitor. Los cortes en sus brazos -llamados "marcas de defensa" en la terminología forense- atestiguan que luchó por salvar su vida.

El pequeño murió en el acto y no sufrió el calor de las llamas ni una muerte lenta por ahogamiento en el interior del vehículo en llamas que Francisco Javier estamparía a las seis de la mañana en una rotonda de la calle Masca, en el barrio de Los Llanos.

Sangre en la casa

Después de acabar con la vida de su hijo, en el ático en el que tenía su residencia en el número 26 de la calle Murillo, en la localidad de Vecindario, -algo que queda reforzado por el hallazgo de muestras de sangre dentro y fuera del domicilio-, Francisco Javier cogió su coche, un Nissan Primera, llenó el depósito de gasolina y se dirigió a la casa de su exmujer.

Cuando llegó allí intentó hablar con ella, aporreó la puerta del domicilio y acabo gritándole que se asomase a la ventana para que viese lo que iba a hacer. Incendió su coche con el cadáver de su hijo dentro y se estrelló contra una rotonda que hay enfrente de la casa, donde ella pudo ver el suceso a la perfección.

La autopsia del cuerpo de Francisco Javier revela que pudo morir a causa de la inhalación de los gases que se produjeron en el incendio del coche, dadas las altas concentraciones de partículas tóxicas halladas en sus pulmones, aunque no se sabrá con certeza hasta que culminen varios análisis que se están realizando, precisaron fuentes de la investigación.

En el interior del vehículo siniestrado, además, los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil encontraron un cuchillo de cocina, la presunta arma con la que habría apuñalado al menor durante la madrugada.

La juez titular del juzgado de instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana mantiene todavía el secreto de sumario a la espera de nuevos detalles de la investigación.