El tiempo dio ayer un respiro a los efectivos que luchan contra el incendio que calcina parte de la isla de La Gomera. La bajada de temperaturas, la llegada de los vientos alisios y un significativo aumento de la humedad ayudaron a evitar que las llamas continuaran su camino por el Parque Nacional de Garajonay, que ya ha perdido 340 hectáreas de masa forestal, un 9% del total, y también por la Reserva Natural de Benchijigua, que ha resultado afectada en su 77%, unas 373 hectáreas.

Sin embargo, los equipos se apresuran en intentar controlar las llamas antes del próximo jueves, cuando está previsto que se acabe la tregua que ha dado la meteorología a la vegetación gomera y vuelva una nueva ola de calor con temperaturas superiores a los treinta grados en medianías y cumbre de la isla colombina. Aunque aún no se conocen los resultados de las primeras investigaciones que aclaren cómo se iniciaron las llamas la tarde del pasado sábado, todo apunta a se produjeron de forma intencionada al comenzar en tres focos en otras tantas zonas diferentes en menos de una hora.

La Gomera amaneció ayer con una bajada de la temperatura de unos diez grados y con la presencia de las agradecidas nubes cargadas de humedad provenientes del norte del océano Atlántico. Ello hizo que desde primeras horas del día se pudiera hacer frente a las llamas, que ya coronaban la cumbre gomera, con la acción de la Naturaleza, debido también en parte a que la presencia de estas nubes ocasionaban a su vez que sólo el helicóptero Kamov del Estado pudiera sobrevolar la zona y que los dos hidroaviones que en la tarde del domingo habían llegado al aeropuerto se desplazaran a La Palma para acotar el fuego, que ya ha calcinado 1.400 hectáreas en el municipio de Mazo.

No fue hasta pasadas las dos de la tarde cuando el cielo se despejó y los medios aéreos empezaron a trabajar en su plenitud, entre ellos cuatro helicópteros del Grupo de Emergencias y Seguridad (GES) del Gobierno de Canarias, el mencionado Kamov del ministerio de Medio Ambiente y dos de los tres hidroaviones que el domingo se habían desplazado hasta las Islas.

Dos frentes abiertos

Los trabajos de extinción se enfocaron desde un primer momento en dos frentes del Parque Nacional de Garajonay, uno de ellos en la cabecera del barranco de Erque y el otro en el barranco de La Laja. Durante toda la tarde, junto con los equipos del aire, trabajaron los casi 200 efectivos de tierra cuya labor se ha visto dificultada desde un principio por la escarpada orografía en donde se encuentran los dos focos que se encuentran activos hasta el momento.

Todo ello, unido a la humedad de la vegetación presente en el parque nacional, en su mayoría laurisilva que posee un menor combustible para arder que los palmeras y cañaverales de la zona sur de la isla, ha posibilitado que desde la tarde del domingo el fuego se haya frenado y no avanzara por el interior de la joya de la isla colombina. Gracias a ellos, las hectáreas afectadas continúan en unas 3.100, de las que 340 pertenecen al Garajonay.

El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, que acudió a última hora de la tarde de ayer a San Sebastián para interesarse por lo ocurrido, señaló que se ha frenado el avance de las llamas, aunque la difícil orografía ha impedido que el incendio haya sido estabilizado. A pesar de ello, apuntó que hoy "puede ser un día importante" porque se podría estabilizar por completo el perímetro, aunque depende de si las condiciones climatológicas permiten que los medios aéreos empiecen a trabajar desde las 07.15 horas, cuando está previsto que vuelvan a sobrevolar el monte de Garajonay para realizar descargas sobre el fuego.

Asimismo, Rivero indicó que las previsiones para hoy y mañana "son positivas" gracias a las previsiones meteorológicas, cuyo pronóstico son continúen los vientos alisios, aunque agregó que "a partir del jueves empezaremos a hablar de una nueva ola de calor", por lo que "es importante que a lo largo de las próximas horas podamos controlar el incendio" ante la llegada de las altas temperaturas.

Por su parte, aunque aún no se ha extinguido el incendio, lo que motiva que no se haya podido iniciar una investigación para aclarar cómo se inició, la consejera del Área de Desarrollo del Territorio del Cabildo Insular de La Gomera, Ventura del Carmen Rodríguez, señaló ayer que todos los indicios apuntan a que "ha sido provocado" debido a que se iniciaron tres fuegos en un corto espacio de tiempo y a poco distancia entre ellos. "El primero de los focos se inició a las 14.40 del sábado en Las Paredes. Poco después, a las 15.10 comenzó entre en Los Manantiales y a las 15.30 horas el tercero en la Fortaleza de Chipude" detalló Rodríguez para así reafirmar su pensamiento.

En lo que respecta a los desalojos de habitantes de localidades del suroeste de la Isla, el hecho de que los equipos actuantes pararan la tarde del pasado domingo el avance de las llamas hizo que durante la mañana de ayer la gran mayoría de los 660 vecinos que fueron desalojados durante el fin de semana regresaran a sus viviendas, de las cuales 25 de ellas sufrieron daños significativos. Sin embargo, los residentes en pagos como el de Lo del Gato en San Sebastián de La Gomera, e Igualero, Erques y Erquito en el de Vallehermoso, no hayan podido comprobar si las llamas han afectado a sus propiedades.

Laurisilva afectada

El fuego que afecta a La Gomera puede dañar la laurisilva, un reducto vegetal del Terciario, pero también es preocupante que pueda arrasar el palmeral canario, uno de los elementos más importantes del paisaje en esta isla y de cuyos ejemplares se extrae la conocida miel de palma gomera.

Así lo indicó ayer el profesor emérito de la Universidad de La Laguna y excatedrático de Botánica Wolfredo Wildpret, quien en declaraciones a Efe afirmó también que no solamente la laurisilva está amenazada por el incendio, sino el palmeral del sur de La Gomera, que podría ser arrasado y que es algo que "duele profundamente".

Wildpret expresó su preocupación por el riesgo de que se puedan quemar "cientos de palmeras" canarias, una característica esencial del paisaje de La Gomera, además del símbolo del archipiélago, en lo que aparentemente puede ser un incendio "provocado por una mano negra con intereses oscuros".

Además, la delegada de la Sociedad Española de Ornitología en el archipiélago (SEO), Cristina González, declaró que las llamas ponen en peligro a dos especies de palomas endémicas: la rabiche y la turqué, que también están presentes en el resto de la provincia occidental. González también advirtió de que en esa misma situación se encuentran pequeños pájaros propios de la Macaronesia, como la curruca, el mosquitero común y el reyezuelo, o aves rapaces de la laurisilva como el gavilán o la aguililla.