El caso de Minerva guarda ciertas similitudes con el vivido hace ahora cinco años con un matrimonio residente en La Garita -el español; ella holandesa- y la Interpol de por medio. Mariano Quevedo logró en abril de 2007 recuperar temporalmente a su hijo después de que su madre se lo hubiese llevado a Holanda tres años antes. Las disputas entre ambos acabaron en 2004 con una sentencia del antiguo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Telde que concedió la custodia al padre y prohibió la salida del menor de España.

Sin embargo, la madre optó por irse con el niño, y no fue hasta 2007 cuando Mariano logró verlo gracias a la mediación del cónsul de Holanda en España. La progenitora luchó por la custodia del pequeño y los tribunales teldenses acabaron dándosela tras valorar un informe elaborado por la Concejalía de Servicios Sociales en Telde.