Arturo Navas Rodríguez, un senderista de 36 años, murió ayer al ser arrastrado por la crecida del agua en el barranco Carrizales, en el municipio tinerfeño de Buenavista del Norte. El hombre, nacido en Gijón y con residencia en La Laguna, acudió a practicar escalada con otros tres compañeros que resultaron heridos de carácter leve durante el pasado viernes.

El 112 recibió una alerta a las 23.30 horas en la que se informaba de que un grupo de cuatro personas había ido a practicar escalada y a última hora del día aún no habían regresado a casa. Aunque en un principio se creía que hacían senderismo en el Parque Rural de Anaga, a los pocos minutos la familia confirmó que el grupo se había decantado finalmente por acudir al norte de la Isla para practicar deporte. A pesar de la alerta por mal tiempo, con avisos de fuertes vientos y lluvias, los escaladores no prestaron atención a los avisos y se adentraron en el barranco.

Efectivos del Consorcio de Bomberos de Tenerife, con base en Icod de Los Vinos, iniciaron la búsqueda de los senderistas y descendieron por el barranco con la ayuda de cuerdas, pero no dieron con ellos por la falta de luz durante la noche, a lo que se unieron las dificultades de acceso a la zona.

A primera hora de la mañana, ya con la luz del día, uno de los escaladores logró alcanzar altura suficiente para avisar de su localización exacta. Se confirmaba en ese momento que la crecida del agua, debido a la fuerte lluvia, había arrastrado a uno de ellos y había fallecido casi en el acto. Sus compañeros intentaron sacarlo del agua, pero solo pudieron arrastrarlo unos pocos metros. Su peso, de más de 90 kilos, les impidió moverlo más. Los tres supervivientes confirmaban ayer tras lo sucedido que de todos, él era el que más conocimientos de senderismo tenía pero que el agua les sorprendió.

Un helicóptero de la Guardia Civil pudo acceder a la zona y evacuar el cuerpo hasta Garachico. Se cree que pudo fallecer ahogado y no por los fuertes golpes recibidos.