El consulado del Guinea Ecuatorial vuelve a tener problemas con la policía. La grúa municipal de Las Palmas de Gran Canaria se llevó ayer el vehículo oficial tras comprobar la Unidad de Tráfico que tenía caducado el permiso de circulación, que está expedido en Madrid, desde noviembre.

El Chevrolet Orlando con los cristales tintados acabó arrastrado por una grúa y depositado en el potrero de El Sebadal. El vehículo se encontraba sobre la cuatro de la tarde en la calle León y Castillo, a la Casa del Marino, cuando agentes de la Policía Local pudieron comprobar que no tenía todos los papeles en regla.

El monovolumen con una pegatina con la bandera del país africano en la parte posterior, y la matrícula con fondo verde y las letras identificativas 'CC', que distingue a los representantes consulares, tenía caducado el permiso de circulación, que se había tramitado en la última ocasión en Madrid. El documento se había caducado en noviembre.

La multa en estos casos asciende a 500 euros, y será tramitada a través de la Jefatura Provincial de Tráfico. El vehículo está a nombre del país. Además, los agentes de la Unidad de Tráfico también instaron a la conductora a poner al día sus papeles de estancia en nuestro país.

Esta no es la primera vez en la que el consulado de Guinea Ecuatorial en Gran Canaria se ve implicado en problemas de circulación, y con ese mismo modelo de automóvil. En julio de 2013 la Policía Local de Las Palmas imputó a su cónsul, Mauricio Epkua, por negarse a realizar el control de alcoholemia al que fue requerido tras saltarse supuestamente una señal de stop de la calle 29 de abril, en el distrito Puerto-Canteras, y poco después estuvo a punto de colisionar con un coche policial.

Epkua enseñó sus credenciales, y defendió su inmunidad diplomática.

Los agentes pusieron los hechos en conocimiento de la Unidad de Atestados municipal para que se personara en el lugar y procediera a realizar la correspondiente prueba de alcoholemia. Sin embargo, cuando llegaron comprobaron que, presuntamente, Mauricio Epkua se negaba a realizarla. Por ello, procedieron a imputarle un delito contra la seguridad vial, aunque no pudieron detenerlo ni trasladarlo hasta las dependencias policiales, como sí ocurre con cualquier otro conductor, al gozar de inmunidad consular, que prohíbe su arresto y sólo puede ser imputado de un delito grave.

Además, en noviembre de ese año 2013, el chófer de nacionalidad española del cónsul fue denunciado por la Policía Local de Telde por tener el vehículo oficial, en ese caso era un Lexus, caducados el seguro obligatorio, el permiso de circulación y la Inspección Técnica de Vehiculos (ITV).

El automóvil fue localizado en la carretera de Taliarte, y los agentes comprobaron que el permiso de circulación ya se había expedido dos años antes, y desde entonces no se había homologado, a pesar de que solo tiene un año de validez. Además, comprobaron que el resto de la documentación tampoco estaba al día, por lo cual el coche fue inmovilizado. En ese caso, las multas superaban en conjunto los mil euros.

En ambos casos, los agentes de Telde y la capital grancanaria coincidieron en que el cónsul mostró vehemente su disconformidad con las acusaciones.