Está ingresada en la UVI del Hospital Nuestra Señora de La Candelaria. Probablemente sufra secuelas de por vida. Es el caso de la mujer que en la tarde del pasado jueves fue quemada en el rostro con un soplete y luego golpeada con una piedra en El Médano, en el municipio tinerfeño de Granadilla de Abona, como indicaron fuentes próximas al caso.

Los hechos tuvieron lugar en la tarde del jueves cuando un hombre de nacionalidad británica, de 38 años, junto con otro varón de unos 50 años, alemán, se reunieron en la cueva donde vive el ciudadano inglés. A esta reunión invitaron a su víctima. En el transcurso de la misma, según relataron los dos detenidos estuvieron consumiendo diversas bebidas alcohólicas, vino ginebra y whisky, entre otras.

Por motivos que se desconocen, en un momento determinado, el británico supuestamente le quemó el rostro a su víctima con un soplete y a continuación la emprendió a golpes con una piedra en la cabeza. En esta acción pudo ser ayudado por el ciudadano germano o, al menos, no la evitó. Posteriormente, ambos dejaron a su víctima abandonada y se fueron hacia la plaza de El Médano. Al parecer, fue la propia mujer la persona que pidió auxilio y desde el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112 se activó el protocolo para estos casos, al tiempo que se daba aviso a la Policía Local, que fue la primera en intervenir y detener a los presuntos autores. Los funcionarios policiales, al constatar el tipo de delito y la gravedad de los hechos, pusieron a ambos detenidos a disposición del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Granadilla, que se hizo cargo de los dos detenidos.

Señalar que ambos permanecieron en los calabozos de la Policía Local hasta que fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de la localidad. Sin embargo, previamente, el presunto autor material del hecho, el británico, tuvo que ser trasladado hasta un centro médico puesto que intentó quitarse la vida. Cuando llegó al Hospital del Sur presentaba numerosos cortes en brazos y abdomen al tiempo que solo repetía: "Ya la maté", "yo no quiero vivir", "no sé cómo maté a mi amiga" (hasta ese momento pensó que había acabado con su vida).

En sus declaraciones ante el titular del órgano judicial los dos investigados reconocieron que, junto a la víctima, estuvieron bebiendo grandes cantidades de alcohol y que no recordaban nada, hasta que se vieron rodeados por la Policía Local que los detuvo y los trasladó hasta dependencias oficiales del cuerpo. Ambos fueron acusados de un delito de lesiones.