El base de Los Pelicans de Nueva Orleans, Bryce Dejea-Jones, falleció ayer al recibir un disparo en el abdomen. "Estamos devastados por la pérdida de un hombre joven que tenía un prometedor futuro por delante. Nuestros pensamientos y oraciones para la familia de Bryce en estos momentos tan difíciles", asegura el club en un comunicado.

Murió en un tiroteo en unos apartamentos. El residente del piso donde se produjo el incidente dijo a los agentes que un individuo golpeó la puerta principal de la vivienda y entró cuando él se encontraba despierto. Cogió un arma de fuego al percatarse de lo sucedido y después de pedirle al intruso que saliese y no recibir respuesta le disparó. Se trataba de Dejean-Jones, de 23 años, que el pasado febrero había firmado un contrato por tres temporadas con los Pelicans.

Jugó 11 partidos como titular de los 14 que disputó antes de lesionarse y tener que ser operado de una rotura de la muñeca derecha que le apartó de la competición el resto de la temporada. El base novato, que se formó en las universidades de USC, UNLV e Iowa State y no salió elegido en el sorteo de 2015, logró promedios de 5,6 puntos, 3,4 rebotes y 1,1 asistencias con 19,9 minutos en los 14 partidos disputados con los Pelicans.

Scott Nichols, agente del jugador fallecido, destacó el trabajo que Dejean-Jones tuvo que hacer para superar innumerables obstáculos antes de conseguir establecer su talento dentro de la NBA. "Había dado el gran paso de su vida y en su carrera de cara al futuro profesional".