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Miguel Ramos llevó a la policía al lugar donde se cree que arrojó a su exnovia

Fue tres veces a un mirador desde el que se ve el acantilado de las pesquisas

Miguel Ramos Quesada, investigado por haber cometido supuestamente el delito de homicidio o detención ilegal de su expareja, Juana Ramos, guió a la policía hasta el acantilado donde se presume que arrojó al mar a la mujer, que está desaparecida desde el día 20 de agosto. Los policías habían colocado dispositivos del sistema de posicionamiento global -conocido por las siglas en inglés GPS- en los dos vehículos del sospechoso, ambos Renault Kangoo, uno de color blanco y el otro azul. De esta manera, los investigadores pudieron saber sin ninguna duda que este vecino de Bañaderos había ido tres veces, después del día 20, a un mirador en el camino del Guincho, en la costa aruquense.

El cocinero acudió al mencionado mirador tras pasar por un camino privado que comienza en el inicio de una plantación de plataneras. Desde ese lugar, también situado en el camino de El Guincho, se observa perfectamente -por estar enfrente- el acantilado. La zona es muy poco transitada, sólo por algunos pescadores, alejada de viviendas, sin alumbrado público y es imposible de divisar desde las carreteras más próximas. Se puede acceder con un vehículo por un camino de tierra de difícil acceso.

Se trata de un acantilado con un terreno escarpado que tiene una profundidad de entre 30 y 50 metros. Las paredes tienen salientes y no llegan directamente al mar por la interposición de unas rocas.

Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que el detenido había ido a ese mirador, junto a las plataneras, para verificar visualmente cómo y dónde había acabado el cuerpo que presuntamente lanzó al mar. Hay que tener en cuenta que, según la geolocalización de su teléfono móvil, a partir de las 00.48 horas Miguel Ramos salió de su domicilio en Bañaderos en dirección al camino de El Guincho.

El sospechoso había declarado en una ocasión que hacía más de un año que no había pasado por esa zona de El Guincho. Sin embargo, el pasado martes, durante el recorrido por la costa de Arucas con la comitiva judicial, reconoció a la juez María Auxiliadora Díaz, titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Las Palmas de Gran Canaria, que visitó tres veces el camino de El Guincho y el mirador. "Para pensar", justificó.

En este lugar lo vio un viejo amigo de la infancia. Ambos estaban sorprendidos por haberse encontrado allí, situación que nunca había pasado.

Por otro lado, los investigadores registraron a fondo la vivienda de Miguel Ramos Quesada, así como sus dos vehículos. En un principio, parece que los policías no han encontrado ninguna prueba contundente en la casa o los vehículos, según indicaron fuentes consultadas por este periódico.

Ahora, los trabajos de investigación comenzaron a realizarse ayer en el acantilado donde se baraja que Miguel Ramos tiró a su expareja. Varios policías hicieron ayer un nuevo trabajo de inspección en la zona. Un geólogo ya fue asignado para que realice un informe sobre los cambios o modificaciones que ha experimentado el suelo. Por lo visto hay pruebas de que se produjo en este terreno el arrastre de un objeto con volumen y peso, que bien podría ser un cuerpo.

Agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil, con sede en Tenerife, tienen previsto venir en breve a Gran Canaria para participar en la investigación. Estos especialistas harán un exhaustivo reconocimiento del acantilado donde fue supuestamente arrojada Juana Ramos, con el objetivo de encontrar cualquier resto de la víctima -pelo o piel, entre otros-. Pero realizarán los rastreos en sentido contrario del que siguió el cuerpo en su caída por el precipicio hasta el mar, es decir, desde abajo -la orilla de la costa- hacia arriba. Los buzos del instituto armado también comenzarán en breve sus búsquedas en el agua.

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