La Policía Nacional centra la investigación sobre el asesinato en Alicante de la viuda de Vicente Sala en los negocios familiares y en su entorno. Los agentes interrogaron ayer durante horas en calidad de testigos a familiares, amigos y empleados, para tratar de esclarecer el móvil del crimen, establecer si tenía algún enemigo o si había recibido algún tipo de amenazas.

Vicente Sala Martínez, primogénito de la fallecida y del expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), compareció el fin de semana en Comisaría durante cinco horas. También han declarado las hijas de la fallecida y una hermana de ésta. En los próximos días lo harán los yernos.

Tras descartar el móvil del robo, las pesquisas apuntan hacia una motivación económica que habría desembocado en la contratación de un sicario, una muerte por encargo, aunque los investigadores mantienen varias vías abiertas sobre la muerte de María del Carmen Martínez.

Desde el sábado los agentes están tomando declaración a hijos, otros familiares, amigos y trabajadores, en calidad de testigos, en unos interrogatorios que está previsto que prosigan en los próximos días, dada la complejidad y numerosas incógnitas que presenta este crimen registrado el viernes por la noche, obra de un profesional que podría estar ya fuera de España. Le descerrajó a María del Carmen dos tiros a quemarropa, uno en la sien y otro en la mejilla.

Los investigadores también revisan las cámaras de seguridad de la zona, si bien fuentes de la investigación apuntaron que el asesinato tuvo lugar en la única zona que carece de cámaras.

La autopsia practicada el sábado confirmó que la mujer no tuvo opción de defenderse. Se encontraba sentada en el asiento del conductor de su Porsche Cayenne, dentro del lavadero del concesionario sobre las 19 horas, cuando el asesino la abordó por su izquierda. El coche estaba encarado hacia dentro, por lo que no lo pudo verlo venir salvo que lo descubriera por el retrovisor. Y le dispararon a muy poca distancia dos tiros en la cabeza, ambos mortales. A pesar de ello, la mujer logró salir del coche, muriendo junto al vehículo en el suelo sin que los servicios sanitarios pudieran hacer nada por su vida.

El autor pudo usar un arma con silenciador, ya que ni los empleados del concesionario ni trabajadores de la zona escucharon los disparos. Si bien en la zona hay un gran trasiego de vehículo pesados, al tratarse de un polígono industrial, por lo que el ruido también pudo ocultar los disparos.