Un niño de año y medio, de nacionalidad sueca, tuvo que ser atendido este viernes tras quedar atrapado uno de sus brazos en la tubería de succión de una piscina en un aparthotel de Playa del Inglés, en el municipio grancanario de San Bartolomé de Tirajana. El menor fue traslado al Hospital Materno Infantil con el brazo todavía metido en el tubo, con forma de codo, y sufrió también hiportermia como consecuencia del tiempo que pasó dentro del agua.

El accidente en la piscina infantil donde jugaba el pequeño se produjo pasadas las 13.30 horas. Metió el brazo en tubo de succión, donde hizo vacío y quedó atrapado. Alertado al personal del hotel de lo sucedido, pidieron auxilio a los servicios de emergencias. Cuando los Bomberos de San Bartolomé de Tirajana llegaron, la situación era aún peor, ya que el brazo del niño se había inflamado y era imposible sacarlo sin dañarlo.

Los bomberos municipales optaron por romper la piscina y sacar el conducto para poder mover al pequeño y trasladarlo hasta la ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC) que había acudido al hotel. El menor fue llevado con el brazo todavía metido en la cañería al Hospital Materno Infantil, en la capital grancanaria, por dicha ambulancia medicalizada.

Una vez en el centro hospitalario, el personal sanitario requirió la ayuda de los Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria, del parque de Vegueta, para terminar de liberar al niño de la tubería, que le cubría desde el antebrazo hasta los dedos, extendiéndose por una longitud de entre 25 y 30 centímetros. Los sanitarios recurrieron a los bomberos porque no tenían entre el instrumental quirúrgico nada capaz de cortar el conducto metálico.

La operación de liberación del pequeño se prolongó algo más de lo que cabía esperar, ya que los bomberos capitalinos tampoco disponían ni en el equipo de su vehículo ni en el parque de una pequeña radial, necesaria para abordar la delicada operación de cortar el tubo sin dañar el brazo del niño.

Por fortuna para el pequeño, uno de los bomberos tenía en su casa esta herramienta especial y recurrió a ella. Una vez conseguida la pequeña radial, cortaron el tubo con paciencia y precisión para extraer intacto el brazo.

Dos horas transcurrieron desde que se dio el aviso, a las tres de la tarde, hasta que el niño quedó completamente liberado, en una historia con final feliz y gratificante para todos, que movilizó a la Policía Local, a los Bomberos de Maspalomas y a los de Las Palmas de Gran Canaria, y al Servicio de Urgencias Canario (SUC).

El pequeño turista estuvo en todo momento acompañado de su madre, una joven embarazada que vivió con angustia las labores realizadas para liberarlo.