Se jugaron su integridad entre una columna de humo tóxica y con un barco a la deriva que daba vueltas sobre sí mismo. Son las tripulaciones de los helicópteros Helimer 202 y Helimer 207, con base en los aeropuerto de Gran Canaria y Tenerife Sur, que participaron en el rescate de los 23 tripulantes del carguero MV Cheshire, que en agosto del año pasado se incendió al sur de las aguas canarias con 40.000 toneladas de fertilizantes en su interior. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, reconoció su trabajo en el servicio con uno de los premios de Salvamento Marítimo, el dedicado al desempeño excepcional de los profesionales de esta institución.

Un artículo escrito por Maite Cabrerizo, componente del gabinete de comunicación de Salvamento Marítimo, recoge la versión de los componentes que actuaron aquel día. "Era como un reloj dando vueltos y el humo giraba con el barco", comentaba el comandante Alfonso Ballenilla, quien acudió al acto de entrega de las condecoraciones junto al también comandante Víctor Hidalgo, el copiloto Nacho Martín Osorio y los rescatadores Víctor Torres y Javier Losada.

Aquel reloj que daba vuelta era el Cheshire, un buque de 190 metros de eslora y 32 de manga. El pasado 14 de agosto, parte de su carga comenzó a explosionar después de dos días de incendio. La situación se agravó y Salvamento Marítimo decidió rescatar a toda la tripulación que estaba en ese momento en la cubierta. Ballenilla declaraba que tuvieron la suerte de que aquel día el mar estaba en calma y había visibilidad perfecta. Asimismo, quitaba importancia al servicio realizado en torno al mercante. "Es nuestro trabajo", indicaba en nombre de todo el equipo.

Pero a los gases tóxicos que emanaban de las bodegas repletas de fertilizante, que habían sido cargadas en Rotterdam e iba a ser desestibada en Tailandia, se unieron más complicaciones. Y es que cuando izaron al último marinero hasta la aeronave que los llevaría a Gando, se produjo una fuerte explosión, como se detalla en el artículo publicado por la propia institución en su página web.

Pese a las condiciones, los tripulantes consiguieron rescatar a todos los ocupantes. Ese es, para Ballenilla, el mejor premio, "cuando rescatas a alguien con vida". "O cuando un compañeros te dice que lo has hecho bien". Aquella incidencia mantuvo a los componentes de Salvamento en alerta durante 14 días en los que se temió que el Cheshire se hundiera.