Apenas le separaban cinco años de su amigo Manuel Marcos García. Sin embargo, la madrugada del jueves 5 no se sabe qué pasó por la cabeza de J. A. P. H., más conocido como Antonio el Chapa, para supuestamente acabar a puñaladas con la vida de su amigo y vecino. Con posterioridad, escondió el cuerpo sin vida entre unos zarzales en la Cruz Chica.

El Chapa recibe este apodo porque trabajó como mecánico hasta que un accidente laboral lo retiró de la profesión y por este motivo cobraba una pensión.

El Juzgado de Instrucción número 1 de La Laguna, en funciones de guardia, acordó ayer prorrogar hasta el lunes la detención de J. A. P. H., el vecino de Guamasa detenido el pasado miércoles como presunto autor de la muerte de Manuel Marcos García. De esta manera, el supuesto autor de esta muerte violenta pasará a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna, que era el que estaba de guardia cuando sucedió el crimen y que decretó el secreto del sumario.

Según se desprende de las primeras hipótesis, los hechos pudieron suceder tras encontrase la víctima con su presunto asesino. Juntos estuvieron bebiendo en los diferentes garitos festivos hasta altas horas de la madrugada.

Cuando ambos se dirigían hacia sus domicilios y, por motivos que se desconocen, el Chapa supuestamente acuchilló en diversas ocasiones a Manuel Marcos García hasta causarle la muerte. De hecho, una de la lesiones que presentaba en el cuello parece ser la que provocó el fallecimiento. Luego, el presunto homicida se dirigió a su domicilio.

Al día siguiente se desataban las alarmas y comenzaban las tareas de búsqueda. El domingo, una persona que paseaba por las cercanías del domicilio del fallecido halló su carné de identidad en el suelo y restos de sangre, que conducían hasta una vivienda abandonada, en cuyos alrededores estaba tirado el cuerpo del desaparecido.

Tras dar conocimiento a las autoridades policiales, se procedió al levantamiento del cadáver y su posterior traslado hasta el Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia y poder determinar las causas reales del óbito.

Entre tanto, los miembros de la Brigada de Homicidios de la Comisaría Provincial comenzaban a reconstruir las últimas horas de la víctima, con quien estuvo, donde y los testigos interrogados señalaron a J. A. P. H., el Chapa, como la persona que lo acompañaba esa madrugada.

Cuando los agentes fueron a su domicilio a interrogarlo hallaron restos de sangre en una pequeña furgoneta, así como en los accesos a la vivienda. Por si ello fuera poco, los policías se percataron de que algunas prendas de ropa estaban manchadas con sangre. Cuando los agentes le inquirieron acerca de las mismas, al parecer, el Chapa se derrumbó y acabó confesando su autoría en relación con la muerte violenta de su amigo y vecino.

Los investigadores estuvieron tratando de localizar el arma homicida, pieza de convicción en el caso y que al parecer habrían localizado en uno de los registros.

Ayer el juzgado autorizó la entrega de los restos de Manuel Marcos García a sus familiares para darles sepultura.