Una pareja de la Guardia Civil del puesto de Granadilla de Abona de Tenerife, tras una hora de conversación evitó que en la mañana del lunes, un hombre, peluquero de profesión, de unos 30 años, se quitase la vida arrojándose al vacío desde el puente que divide los municipios de San Miguel de Abona y Granadilla, tal y como confirmaron fuentes del Instituto Armado a la opinión de tenerife.

Los agentes cumplieron con lo que dice la cartilla del Guardia Civil en el capítulo I, artículo 6º, "el guardia civil procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido", y eso fue lo que se encontró este hombre, que llevado por la desesperación se encaramó al puente del barranco de la Orchilla, en la TF-28, a la altura del punto kilométrico 79,500. El barranco de la Orchilla es el barranco más largo y profundo del municipio de San Miguel, ya que el vano mide unos 40 metros de altura.

Sobre las 07:30 horas comenzaron a saltar las llamadas en la Central Operativa de Servicios (COS) de la Comandancia de la Guardia Civil, así como en el Centro Coordinador de Emergencias de diversos conductores testigos de este hecho. Pronto el lugar se llenó de los vehículos de emergencia. De pronto, dos guardias civiles se aproximaron hasta el puente y descendieron de su vehículo oficial, hasta acercarse a una distancia prudencial del hombre que pretendía arrojarse al vacío.

Los miembros de la Benemérita averiguaron que esta persona atravesaba un mal momento familiar desde hacía cierto tiempo y que además, es padre de una niña de corta edad.

Los agentes, con esa psicología que da los años de servicio y la experiencia entraron pronto en confianza con este joven, de apenas 30 años y le hicieron ver que con ese acto no iba a conseguir resolver sus problemas y que además, su hija, lo más importante se quedaría huérfana.

Tras casi una hora de conversación, de tira y afloja el joven depuso su actitud y los agentes pudieron ayudarlo a subir la baranda para ser atendido por los efectivos sanitarios.