Juan Sánchez Limiñana afirma que su defendido se sintió engañado en la compra del Gran Canaria, cuando las informaciones publicadas por este periódico pusieron en duda que el equipo de baloncesto y el Cabildo tuvieran todos los papeles en regla para ratificar el acuerdo de patrocinio y la compra de la mayoría de las acciones. Y recalca que se trata de un intermediario en esta operación, y que tampoco tiene la última palabra sobre las decisiones del fondo de inversión que iba a poner el dinero.

Asegura que el presidente Enrique Moreno le invitó a buscar un posible comprador, y que él medió en este proceso. Y negó que en la operación de compra del equipo de baloncesto se encontrara un fondo fantasma, porque cuentan con una dirección concreta, y también un correo corporativo. Y defendió que su auditoría se encuentra en el Tesoro americano, y que en Estados Unidos es habitual anotar todas las incidencias, aunque afecte a un ejecutivo y no directamente a la empresa. "Se apunta todo lo bueno y todo lo malo, y no hay que confundir el informe contable con una auditoría".

Tal y como publicó este periódico, la operación para comprar el 51% de las acciones del Granca se destapó el 7 de mayo, pero arrancó el 12 de marzo, cuando el presidente del Cabildo, Antonio Morales; y el entonces vicepresidente insular y consejero de Deportes, Ángel Víctor Torres, admitieron por carta su compromiso para iniciar el proceso de venta de un club que, desde 1992, es de propiedad pública. Lo hicieron por carta, en una misiva dirigida a Jameo Group, una sociedad que se presentaba como delegada de HMK Holdings en Europa y en la que Lucas Cruz aparecía como administrador único.

El Cabildo, el presidente del Gran Canaria, Enrique Moreno, y Jameo & Members Limited sellaron el contrato de patrocinio el 29 de abril. En el documento se establecía que HMK Holdings abonaría por el mecenazgo al equipo un millón de euros, condicionado por la venta posterior del club. De esa cantidad, el pago de 500.000 euros estaba garantizado, mientras que los otros 500.000 euros quedarían en depósito a la espera de que la sociedad estadounidense se hiciera con el control de la entidad claretiana.

Irregularidades

La filtración de ese contrato el 7 de mayo reveló una serie de irregularidades. De entrada, Enrique Moreno trasladó la oferta de HMK al consejo de administración del club el 3 de mayo, cinco días después de que el presidente ya hubiera firmado el contrato junto a Lucas Cruz.

Luego se sumaron otras irregularidades cometidas por el Cabildo: Antonio Morales y Ángel Víctor Torres iniciaron el proceso de venta del Gran Canaria sin contar con el consejo de administración del club, ni con el patronato de la Fundación Canaria del Deporte, el ente que figura como propietario de las acciones de la sociedad anónima deportiva.

En ese escenario, LA PROVINCIA descubrió el 10 de mayo que ni Morales ni Torres tenían poderes legales para negociar la venta del Granca, ya que en el registro oficial aún aparecía Lucas Bravo de Laguna (anterior consejero) como presidente del patronato de la Fundación Canaria del Deporte. Y el Cabildo tampoco presentaba las cuentas de esa fundación desde 2010. Mientras, el 13 de mayo el supuesto fondo de inversión retiró su oferta para comprar el equipo de baloncesto, y anuló el contrato de patrocinio.

Con posterioridad, este periódico publicó que la sede del fondo se localiza en un bazar de Santa Mónica, no figuraba en la Bolsa, ni en la comisión de valores de Estados Unidos, presentaba como avales documentos falsos a una organización vinculada a estas y el dinero nunca llegó, aunque Antonio Morales lo dio por hecho.