Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil detiene a 20 personas en La Palma, Tenerife y Sevilla como presuntos autores de los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales tras una operación antidrogas en la que se han decomisado 2,6 kilos de cocaína líquida y 5 kilos de hachís.

Esta operación policial, denominada Conejo-Pacificador, ha sido llevada a cabo por agentes de la Policía Nacional de la Comisaría de Santa Cruz de La Palma y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Comandancia de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife.

La operación se inició a mediados de 2019, cuando se obtuvieron las primeras informaciones que esbozaban la presencia de un grupo criminal asentado en Tenerife y La Palma con capacidad suficiente para distribuir en las islas importantes cantidades de cocaína que traían desde Bolivia.

Con el avance de las investigaciones, bajo la tutela del Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Cruz de La Palma y la coordinación de la Fiscalía de Santa Cruz de La Palma, se pudo conocer cómo la organización se ubicaba en Tenerife y La Palma, desde donde proporcionaban la infraestructura necesaria para importar de Bolivia continuas remesas de clorhidrato de cocaína de gran pureza.

Para ello se valían de correos humanos, conocidos como mulas, que portaban en el interior de su organismo la cocaína en estado líquido, y que previamente se introducía en envoltorios de látex.

La organización disponía de un laboratorio casero ubicado en una vivienda de un barrio de Santa Cruz de Tenerife, donde, una vez los correos humanos expulsaban las cápsulas que contenían las sustancias, se realizaba el proceso de solidificación y adulteración de las drogas.

Instantáneo

Esto permitía a los investigados obtener un amplio margen de beneficio económico tras su distribución. La cocaína era distribuida a vendedores de mediana o pequeña escala, que la hacía llegar al consumidor final.

Fruto de la labor de análisis y control de actividades de la organización llevadas a cabo por los agentes investigadores, en agosto de 2019 se tuvo conocimiento de que la organización pretendía importar desde Sudamérica una partida de droga, planes que se vieron truncados gracias a la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que pudieron aprehender unos 1,3 kilos de cocaína de gran pureza en estado líquido a su llegada al Aeropuerto Tenerife Norte. A pesar de ello, la organización criminal no cesó en sus actividades y en octubre de 2019 las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado aprehendieron nuevamente más de un kilo de cocaína en el muelle de Santa Cruz de La Palma, cuando iba a ser introducida en la isla.

A pesar de la restricción del tráfico aéreo el entramado criminal no cesó en su intento de introducir clorhidrato de cocaína en las Islas. Para ello, el líder de la organización, junto con uno de sus lugartenientes, se desplazó a la Península con el objetivo de negociar la adquisición de una de nueva partida de cocaína, que transportaría un correo humano hasta Canarias. Fue detenido en julio, portando 210 gramos de cocaína de gran pureza, a su llegada al Aeropuerto de Tenerife Norte.