La fiscalía ha solicitado hoy nueve años de prisión para un albañil por golpear a otro con una azada en la cabeza, causándole graves lesiones por las que ha quedado incapacitado y padece un trastorno de personalidad. Para la víctima, por su parte, solicita dos años de cárcel por haber agredido previamente a su rival. El principal acusado ha negado durante el juicio haber golpeado a su compañero y ha explicado que se limitó a defenderse y que el perjudicado se golpeó la cabeza al caer de espaldas. Otros dos obreros, sin embargo, han desmentido esta versión y han asegurado que los dos hombres se pelearon con las azadas y vieron cómo le pegaba en la cabeza.

Los hechos ocurrieron hace casi doce años, el 16 de diciembre de 2009, en una obra en la que trabajaban los dos implicados en Manacor. El sospechoso ha explicado que aquel día se enzarzaron en una discusión por el uso de una herramienta. Durante la riña, su compañero empuñó una azada y se dirigió hacia él armado con una azada. “Quiso pegarme en la cabeza. Yo me protegí y me dio en el brazo. Le empujé y se cayó al suelo”, ha declarado. El procesado ha negado haber golpeado a la víctima directamente. “Solo quería defenderme para que no me pegara”, ha sentenciado. Además, ha explicado que padeció una lesión importante en el brazo. El otro implicado se ha acogido a su derecho a no declarar, alegando que no entiende bien las preguntas: “La cabeza no me funciona bien”, se ha limitado a decir.

El principal testigo de los hechos fue otro trabajador que estaba en el lugar. Según ha dicho, desde una excavadora vio cómo los dos hombres se enzarzaban en una discusión y los separó. Poco después, ambos cogieron sendas azadas y trataron de agredirse. Durante esta pelea, el principal acusado golpeó con el arma a su rival en la cabeza, que cayó al suelo, quedó inconsciente y empezó a sangrar por la cabeza.

El perjudicado sufrió lesiones muy graves. Estuvo 15 días ingresado y tardó casi medio en recuperarse. Le quedaron secuelas muy importantes, según ha detallado la fiscalía, como un trastorno de personalidad y la incapacidad permanente para ejercer la profesión de albañil.

El ministerio público reclamaba inicialmente cuatro años de cárcel para el principal acusado, pero hoy ha elevado su petición a nueve años de prisión por las graves secuelas que sufre la víctima. Además, solicita una indemnización de 140.000 euros. Para el perjudicado ha mantenido su reclamación de dos años de cárcel por la agresión previa.