El pasado 11 de agosto forzaron la cerradura de la vivienda de Álvaro y de Becky para robarles y secuestraron a su perrita, Banana. Le ataron las patas, le pegaron una paliza, la intentaron asfixiar y, aún con vida, la arrojaron de un coche en marcha.

Los ladrones, además de robar, secuestraron a la perrita, le ataron las patas con unas cuerdas, le pegaron una paliza, intentaron asfixiarla con un pañuelo y la tiraron desde un coche en marcha. Tras escuchar los aullidos de dolor del animal, una vecina acudió en su ayuda, pero Banana finalmente acabó muriendo debido a las heridas, según contaron en Espejo Público de Antena 3.

Álvaro y Becky explican que estaban de vacaciones y habían dejado a un amigo a cargo de Banana. "Nuestro amigo se marchó a cenar y fue entonces cuando entraron a robar", señalan.

Manifiestan que robaron 400 euros y maltrataron al animal. "Estamos todavía en shock, no nos creemos que haya gente capaz de hacer eso", apuntan. Asimismo, comentan que en estos momentos están a la espera de saber novedades, "ya que la Policía está viendo las cámaras de las urbanizaciones".

"La única testigo que hay le habrá dado el testimonio a la Policía y lo único bueno que sabemos es que la gente se paró cuando vio lo sucedido y que Banana no estuvo sola", afirman. Por último, Álvaro comenta que contando su historia pretenden que se "de ejemplo y que nadie más tenga que pasar por ello".

Por el momento, estos delincuentes no han sido localizados. La policía ya está al tanto de lo ocurrido y se están revisando las cámaras de la urbanización para intentar dar con ellos. Además, hay una testigo que ya ha declarado ante la policía. Ahora, el único consuelo de esta pareja es saber que algunos vecinos acompañaron a Banana hasta que falleció.