Siete okupas detenidos

Los Mossos consuman el desalojo de dos inmuebles okupados de Barcelona y usan por primera vez una jaula de protección

Durante más de un mes se ha preparado un dispositivo específico para desalojar los dos edificios sin incidentes destacables por lo que el balance final puede considerarse de exitoso

Los Mossos desalojan las casas de Bonanova tras cinco horas y gracias a los bomberos.

Agencia ATLAS

Germán González

Durante cinco horas, los Mossos d'Esquadra han desalojado dos de los inmuebles okupados más mediáticos en los últimos meses en Barcelona, cuando los vecinos de la Bonanova se quejaron por la inseguridad que les generaba El Kubo y La Ruïna y varios partidos, en plena campaña electoral municipal, se aprovecharon de la situación para pedir su desahucio.

Durante más de un mes se ha preparado un dispositivo específico para desalojar los dos edificios sin incidentes destacables por lo que el balance final puede considerarse de exitoso. Sin embargo al inicio les costó entrar, por la cantidad de objetos contundentes, como bolas de acero, botellas, piedras o sacos de escombros de obra, junto con petardos y pintura que recibieron, además de botes de humo. Los Mossos esperaban más personas y más resistencia tiempo, que hubieran siete activistas les han facilitado la tarea por tiempo, fue un desalojo más rapido.

Por eso, los agentes usaron por primera vez una especie de jaula de hierro con ruedas protegida con escudos para llegar al perímetro de los inmuebles y abrir un boquete que les permitió entrar dentro del Kubo. A partir de ahí, y mientras les seguían lloviendo objetos, con un ariete accedieron dentro mientras otra unidad abría brecha en La Ruïna y entraba al jardín. La jaula es de fabricación propia, la hicieron efectivos de la Brimo para otros dispositivos precedentes.

No se han encontrado muchas trampas como agujeros tapados en el suelo, pero sí impedimentos y barreras. Poco a poco fueron asegurando planta por planta de los dos edificios mientras los activistas se concentraban en el tejado. Ahí uno de ellos se colgó de la pared de El Kubo mientras otros tres estaban en la cubierta de La Ruïna.

Siete detenidos

La policía llegó hasta las plantas superiores e identificó a 7 activistas que habían resistido dentro de los inmuebles okupados. Después se inició el proceso para desalojarlos con ayuda de la Unidad de Montaña de los Mossos para el activista colgado y los Bomberos de Barcelona, que usaron una grúa para bajar a los del tejado de La Ruïna uno a uno. Unos 300 agentes han participado en este dispositivo.

Los mandos policiales siguieron el desalojo desde el Centro de Mando en la comisaría de la calle Bolivia de Barcelona y pudieron dirigir el operativo gracias a las imágenes que enviaban los drones desplegados. Además de los antidisturbios, los Mossos también movilizaron a agentes de las unidades caninas, aérea y montaña para el desahucio. Los okupas, seis hombres y una mujer mayores de edad, se entregaron sin resistencia, aunque quedaron detenidos por atentado a la autoridad y desobediencia. Sin embargo estudian si les imputan más delitos. La propiedad de los edificios, Sareb, ha anunciado que pondrá seguridad privada para evitar una nueva okupación.

Visita política

Una vez que estaba la zona asegurada acudió a los inmuebles desocupados el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, el comisario jefe Eduard Sallent, y el director general de la Policía de la Generalitat Pere Ferrer, así como la teniente de alcalde de Barcelona y edil del distrito Maria Eugènia Gay. Elena remarcó que el desalojo fue "un éxito y sin incidentes remarcables" mientras que Sallent indicó que lo importante es "que nadie ha sufrido daño".

Protesta breve

Mientras se desalojaban los inmuebles, un centenar de activistas vestidos de negro y encapuchados acudieron a dar apoyo a los activistas de dentro de los edificios aunque no estuvieron mucho tiempo y se dedicaron a dar vueltas por la zona. También causaron daños a una inmobiliaria antes de disolverse, según los Mossos.

También se escucharon gritos y aplausos a favor de los agentes cuando retiraron la pancarta en El Kubo con el lema "Vuestro lujo es nuestra miseria. Nuestras casas son trinchera". Tras dar por acabado el dispositivo de desalojo, que fue ordenado por el juzgado, la policía entregó los inmuebles a la Sareb, su propietario.

Tras el operativo, la jefe de la Región Policial de Barcelona, la comisaria Montse Estruch, remarcó que la actuación policial fue más rápida de lo esperado pese a la "resistencia física" de los siete okupas. Así les lanzaron diferentes líquidos, alguno que parecía inflamable pero era orín mezclado con agua, así como varios objetos, como bolas de acero, piedras, botellas, sacos de escombros, botes de humo y bengalas para dificultar la intervención. Incluso, han vaciado un extintor hacia donde estaban los policías y les han tirado pintura.

Los Mossos no encontraron muchas trampas pero bastantes obstáculos para impedir el acceso, por lo que tuvieron que emplear sierras radiales. Estruch reconoció que la entrada a los dos edificios ha sido complicada por los "lanzamientos contundentes de objetos de magnitud". También añadió que las personas que estaban en la azotea de La Ruïna y la que colgaba de El Kubo estaban una zona "peligrosa", por lo que fue más un "rescate" que un desahucio.

Durante el dispositivo una agente ha resultado herida en la espalda con carácter leve debido a un mal gesto y no al lanzamiento de ningún objeto. Dentro de los edificios se encontró el suelo hundido y tramos de escaleras rotos. Los Mossos los devolvió a la Sareb que anunció que reforzará la vigilancia privada para evitar que vuelvan a ser okupadas.

La policía mantendrá durante las próximas horas el dispositivo en la zona ante posibles protestas, igual que reforzará la vigilancia en Les Corts ya que han conducido a esta comisaría a los detenidos y se esperan que varias personas acudan a protestar por la actuación policial.