Los fuertes vientos cruzados que soplaron durante la primera mitad del día en la isla de Madeira provocaron el desvío de hasta once vuelos a los aeropuertos de Gran Canaria y Tenerife Sur. Ya el pasado sábado, una situación similar generó incidencias en el archipiélago luso.

Los controladores españoles informaron esta tarde en su cuenta de Twitter que los desvíos eran provocados por los vientos que soplaron a unos 21 nudos -39 kilómetros por hora-, con rachas que superaron los 30 nudos -55 kilómetros por hora-. No obstante, la aproximación al aeropuerto de Funchal es conocida por las dificultades que provoca el viento procedente del norte y por la corta longitud de la pista, de 2.480 metros por los 3.100 que, por ejemplo, tienen Gran Canaria o los 3.400 de Fuerteventura.

Desde las nueve de la mañana se sucedieron los problemas, primero con un vuelo de la compañía TAP Portugal procedente de Lisboa, que tuvo que aterrizar en la cercana isla de Porto Santo. Sin embargo, la saturación de esta instalación hizo que los aviones tuvieron que ser remitidos a Gran Canaria y Tenerife Sur, el primero de ellos a las 11.10 horas procedente de la localidad alemana de Dusseldorf que tomó tierra en Gando y el segundo a las 11.45 que había salido de la también ciudad germana de Hamburgo y que acabó en el Reina Sofía.

Los problemas continuaron hasta poco antes de las cuatro de la tarde cuando, según la web de seguimiento de vuelos Flightradar24.com, se produjo el último de los desvíos: un avión de Norwegian procedente de Oslo que acabó en el sur de Tenerife. Fuentes de Aena indicaron que un total de 11 vuelos acabaron en el archipiélago canario, cinco de ellos en Gran Canaria y seis en Tenerife.

A partir de las cuatro de tarde el aeropuerto ha operado con normalidad y entre los últimos aviones que han aterrizado en la Isla se encuentra el avión de Binter que partió desde Tenerife Norte.