El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil en Las Palmas investigó a dos personas entre el 18 de febrero y 10 de marzo pasados en Gran Canaria por un presunto delito de abandono animal y otro de maltrato animal. Uno de ellas es el propietario de la perra y la otra el poseedor del animal.

El animal apareció abandonado en un barranco de la zona de San Lorenzo (Las Palmas de Gran Canaria) aislado y atado con una correa a unas piedras, con su cuerpo muy deteriorado e imposibilitándose así su libertad de movimientos.

La investigación se inició el pasado 18 de febrero a raíz de las publicación de varios videos en redes sociales en la que un grupo de motoristas mostraban las imágenes del estado de la perra que había sido localizada en un barranco la zona de San Lorenzo, atada y abandonada en unas condiciones calamitosas, por lo que fue trasladada al Hospital Clínico Veterinario de Las Palmas de Gran Canaria.

De forma inmediata Inmediatamente los agentes del Seprona se personaron en el centro veterinario al objeto de conocer los hechos e inspeccionar el animal, observando que se trataba de una perra de raza bóxer en un estado físico muy débil y preocupante, la cual ni siquiera era capaz de levantarse y presentaba tumores en la boca, mamas y ano, unidos a numerosas parásitos en diferentes partes de su cuerpo. Actuaciones policiales, inspección ocular y localización de los responsables.

Un testimonio poco creíble

El Seprona inició enseguida las pesquisas policiales basadas en la inspección técnico ocular en el lugar aislado donde el animal fue hallado. Allí los agentes comprobaron la existencia de varias piedras de diverso tamaño que retenía la correa e imposibilitando la libertad de movimientos, sin ningún tipo de indicio de la existencia de alimentos y bebidas. Acto seguido realizó las actuaciones oportunas para conocer la identidad de las personas responsables.

Se da la circunstancia de que desde el barranco en el que fue hallada abandonada la perra y el lugar en el que las personas responsables aseguraban tenerla y desde donde supuestamente se escapó, los agentes del Seprona comprobaron la poca verosimilitud de lo manifestado por los mismos, ya que contaban con un vallado de una altura considerable, con cerrojos incluidos, siendo muy remotas las posibilidades de que un perro de esa raza y sobre todo en ese estado corporal tan deteriorado y sumamente débil fuera capaz de escaparse del mismo.

Además los informes veterinarios determinaron que el animal aparte de su deterioro físico más que evidente, presentaba junto a varios tumores en la boca, mamas y ano, una gran infección por larvas de mosca y gran cantidad de parásitos internos, lo que evidenció la muerte del animal en los días posteriores.

Cuando el Seprona identificó a las dos personas responsables del animal, estas no pudieron documentar ni acreditar ningún tratamiento veterinario preceptivo ni los cuidados más básicos para garantizar su vida y su salud, concluyéndose de que había sido sometida a un sufrimiento injustificado.

Por estos hechos se procedió a la investigación de dos personas, al propietario y al poseedor de la perra, como presuntos autores de un delito de abandono animal y de un delito maltrato animal.

Las diligencias fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción de guardia de Las Palmas de Gran Canaria así como de la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente de Las Palmas.