El matrimonio de octogenarios formado por Pedro S. S. y Teodora R. L. que el pasado jueves fue localizado muerto en el interior de su casa del barrio capitalino de La Feria del Atlántico ya descansan juntos en el cementerio de La Atalaya de Santa María de Guía, de donde era natural de ella. La autopsia realizada a los dos cadáveres revela que ambos murieron por causas naturales.

El entierro se produjo este lunes en la más absoluta intimidad en donde Teodora R. L. tenía familia, entre ellos varios sobrinos y al menos un hermano, según indicaron las fuentes consultadas. El matrimonio no tenía hijos y esto hizo que fuera en olor de los cuerpos de ambos, que llevaban varios días fallecidos, lo que alertó a los vecinos del bloque número 29 de la avenida Guillermo Santana Rivero. 

Los cadáveres fueron trasladados hasta el Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria, donde durante el pasado fin de semana se les realizó la correspondiente autopsia que determinó que ambos fallecieron por causas naturales. En un principio, la hipótesis más plausible era que ella muriera por causas naturales y él por un posible suicidio.

Uno de los vecinos del edificio, en cambio, declaró poco después del hallazgo de los dos cadáveres que su suegra había escuchado días antes a Teodora llamar a una vecina desde el interior del domicilio, sin considerar en ningún momento que pudiera estar solicitando ayuda. No obstante, los propios residentes indicaron que si bien habitualmente se les veía a ambos pasear por las calles del barrio capitalino, en los últimos lo hacía Pedro a solas para hacer la compra o adquirir el periódico porque ella había enfermado.

Ya los vecinos habían mostrado a principios de la pasada semana su extrañeza porque no sabían nada del matrimonio y porque la luz de la cocina estaba encendida durante las 24 horas del día, como apuntaron. El miércoles ya comenzaron a sospechar que algo había podido ocurrido entre las puertas del número 81 del bloque 29 puesto que tocaron a la puerta ante los primeros olores. Nadie respondió.

Al día siguiente, el jueves por la mañana, el presidente de la comunidad volvió a tocar con el mismo resultado. Ante esta situación, decidieron llamar a la Policía Nacional para que accediera al domicilio. Estos movilizaron a los bomberos del parque de Miller Bajo para así poder abrir la puerta blindada. Nada más conseguir acceder confirmaron que ambos estaban muertos en el salón del domicilio.

Los equipos de Homicidio y Policía Científica iniciaron entonces una investigación para tratar de determinar las causas de la muerte. Desde un principio se descartó que hubiera terceras personas relacionadas o que alguno de los dos acabara con la vida del otro, según indicaron en su día fuentes de la investigación. Así, los investigadores decidieron esperar a la correspondiente autopsia de ambos que determinó que los dos murieron por causas naturales.

Una de las complicaciones para conocer el origen de la muerte de Teodora y Pedro era que los cadáveres se encontraban en avanzado estado descomposición debido a que podrían llevar muertos durante cerca de una semana.