Suspendido un capitán de la Guardia Civil en Canarias por vejar a una funcionaria del cuerpo

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Imagen de archivo / LP/DLP

La sala de lo Militar del Tribunal Supremo (TS) ha condenado a un capitán de la Guardia Civil a dos meses de suspensión por haber vejado a una funcionaria que trabaja para ese cuerpo en el aeropuerto Tenerife Sur, por no haber puesto el 'don' en una carta que iba dirigida a otro miembro de la Benemérita.

El entonces teniente, cuando vio que en la misiva no se incluía ese tratamiento empezó a gritarle a la mujer frases como: “¿qué se ha creído?, que ella no era nadie para quitar el don a un miembro de la Guardia Civil”.

En aquel momento la denunciante intentó explicarle que se trataba de un error tipográfico y que no tenía ninguna intención de denigrar a nadie, pese a lo cual el mando continuó gritándole, “que ella no era nada en aquel departamento y que iba a ponerla en su sitio”, según la sentencia.

La funcionaria se echó a llorar y salió al exterior de las oficinas, momento en el que un sargento primero pudo escuchar las frases del ahora condenado, mientras la mujer se refugió en una esquina.

A pesar de ello, el mando seguía gritando desde su despacho frases como “tú no eres quien para quitarle a nadie su tratamiento y aquí mandan mis c…. ”.

Meses antes, mientras otro miembro del cuerpo se estaba cambiando en el vestuario escuchó que el ahora suspendido se dirigió a la funcionaria cuando ambos trabajaban en la misma sección del aeropuerto, “en tono exacerbado, con frases del tipo que no sabía sumar, que las sumas no estaban bien hechas y si de pequeña no había ido al colegio”.

Este testigo pudo ver cómo la funcionaria salía del despacho llorando de nuevo.

Casi un año después el teniente entró en la oficina de la denunciante y le arrojó una carpeta con documentación sobre la mesa, momento en el que la mujer le preguntó si existía algún tipo de medida para ella con respecto a la pandemia que se había declarado en ese momento.

La respuesta del entonces teniente fue: “Yo no tengo que darte a ti nada; el material es para el personal de la Guardia Civil exclusivamente y que yo sepa no eres guardia civil, así que no es asunto mío lo que necesites o dejes de necesitar”.

La denunciante respondió que no quería quitarle nada a este cuerpo si no saber si ella iba a ser tenida en cuenta para cualquier medida que se tomara en el aeropuerto del sur, donde ambos trabajaban, una vez que se había declarado la pandemia.

En ese momento el condenado se tocó los genitales y dijo algo así como “me suda… haz lo que creas conveniente que yo sabré lo que tengo que hacer, así que ándate con ojo”.

Debido al estado de ansiedad la funcionaria acudió al centro de salud de San Isidro, donde le extendieron una baja médica. En ese momento sufría ciertas dolencias físicas y estaba preocupada por el estado de salud de su padre.

Tras la denuncia presentada y la imposición de una sanción disciplinaria grave con dos meses de suspensión de empleo, el mando presentó el recurso ante el TS que ahora ha ratificado el fallo inicial en una sentencia en la que se hace referencia a diversas jurisprudencia.

A la vez se descartan todos los argumentos del procesado y se concluye con que los hechos han sido demostrados por las declaraciones de varios testigos, de manera que debe imponerse la correspondiente sanción por ser autor de un delito de vejaciones graves.