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El acusado de matar a su jefe en Lanzarote creía que estaba en una "película"

La familia de la víctima considera que hubo ensañamiento, mientras la defensa sostiene que se trató de un homicidio con eximente de enajenación mental transitoria

El acusado de matar a su jefe, Federico Antonio E. M., durante su declaración ante el jurado ayer.

El acusado de matar a su jefe, Federico Antonio E. M., durante su declaración ante el jurado ayer. / | juan carlos castro

El hombre acusado de matar a cuchilladas a su jefe en un restaurante de la localidad turística de Puerto del Carmen, en Lanzarote, señaló este lunes al tribunal del jurado que le juzga en la Audiencia Provincial de Las Palmas que se encontraba "como en una película" y que no recuerda con precisión los hechos que ocurrieron aquel mediodía de agosto de 2019. Una situación que explicó en base a un trastorno de amnesia disociativa que tendrán que acreditar los peritos en próximas jornadas del juicio, que se desarrollará esta semana.

En su declaración -según la defensa la primera que se le toma en todo el procedimiento judicial, algo que negaron las acusaciones-, el hombre contó que tenía una desgastada relación con su superior ya que las condiciones con las que le contrató no se ajustaron después a la realidad. Ni pagaba lo estipulado, ni hacía las horas que establecía su contrato a media jornada, ni tenía los elementos adecuados para desempeñar su trabajo. Fueron estos hechos los que le hicieron padecer una depresión, arguyó, hasta el punto que decidió abandonar su propio cuidado personal y dejar de medicarse para sus trastornos.

En este contexto, el detonante del ataque tuvo que ver con que el jefe le increpara y le insultara por haberle pisado el suelo mojado. En ese momento, relató, se fue a la cocina y apoyó los brazos sobre el bajo mostrador que usaba para cortar las verduras, donde se encontraba el cuchillo que se usó como arma homicida. "No recuerdo que se me pasó por la cabeza ni lo que hice con él porque perdí la consciencia con la amnesia disociativa", apuntó.

"Tenía que acabar con su sufrimiento"

Sin embargo, al insistirle el fiscal terminó admitiendo que vivió lo sucedido como si fuera un espectador externo que ve un filme. "Estaba viendo a una persona que salió como del agua, en un ambiente selvático y húmedo, y cogió por la espalda a otra persona que llevaba metralleta y que estaba como vigilando, le tiró de la cabeza hacia atrás y con la otra mano le cortó el cuello, como la escena típica de una película", dijo.

El acusado, Federico Antonio E. M., junto a su abogada, Sara Martínez

El acusado, Federico Antonio E. M., junto a su abogada, Sara Martínez / Juan Carlos Castro

Tras ello, recordó haber sentido un intenso dolor en el costado, según le contaron lo médico porque se cayó y se rompió dos costillas al resbalar con el suelo húmedo en búsqueda de la víctima, que tras la primera puñalada consiguió escapar del establecimiento. El acusado, Federico Antonio E. M., le siguió. "En un momento determinado, se me pasó por la cabeza que esa persona estaba sufriendo -tras la primera cuchillada en el cuello- y que tenía que acabar con ese sufrimiento", indicó para luego añadir que tiene recuerdos familiares de infancia, porque vivían en el campo, sobre matanza de animales en los que debían rematar a algunos corderos, cerdos o cabras si el primer golpe no era mortal.

No sentía inquina

Preguntado sobre si sentía algún tipo de inquina hacia la víctima, Federico Antonio E. M. negó que fuera así. Aseguró que nunca había tenido ningún tipo de problema con sus empleadores ni sus compañeros en sus distintos puestos de trabajo. También dijo no ser racista, ni tener inconvenientes con trabajar con personas de otras nacionalidades, a preguntas de su abogada, que al inicio del juicio solicitó la nulidad de las actuaciones al entender que su cliente no había podido declarar en fase de instrucción, pese a tener voluntad de ello, y que ella misma no había podido conocer en profundidad el caso porque empezó a llevar la defensa hacía menos de un año y tuvo problemas para acceder a la documental. Adujo que se había producido una omisión de normas, lo que genera indefensión.

El fiscal Javier Jiménez durante su interrogatorio al acusado, en la sesión de este lunes.

El fiscal Javier Jiménez durante su interrogatorio al acusado, en la sesión de este lunes. / Juan Carlos Castro

El juicio continuará este martes con la práctica de la prueba testifical.

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En sus informes iniciales ante el jurado, las acusaciones -tanto el Ministerio fiscal como la particular, encarnada en el abogado José Luis Sáez- insistieron en que, pese al atenuante de trastorno mental, los hechos son constitutivos de un delito de asesinato porque existió alevosía, es decir, que actuó por sorpresa y eliminando cualquier posibilidad de defensa por parte de la víctima. Sin embargo, la defensa entiende que no existe tal pretensión y que, por tanto, se trata de un homicidio y que, además, se ha de tener en cuenta una eximente incompleta de enajenación mental transitoria. | C. A.