La Provincia - Diario de Las Palmas

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Artista por derecho propio

La grancanaria Tamia Déniz Almeida, de 31 años, triunfa en el teatro Apolo de Barcelona interpretando a Irene Adler

"Desde muy pequeña me gustaba cantar e imitar... Mi abuela materna me decía siempre "¡Ay mi Conchita Velasco...!" Recuerdo que mareaba a mi familia cantando Azúcar Moreno y ya cuando entro Disney en mi vida fui una 'pocahontas' empedernida...", cuenta la actriz grancanaria Tamia Déniz Almeida, de 31 años, quien triunfa actualmente en el teatro Apolo de Barcelona interpretando a Irene Adler en el montaje 'Sherlock Holmes y el Destripador', la única obra en español que se representa actualmente en la capital condal, un montaje en clave policiaca muy diferente al explosivo espectáculo The Hole, donde esta joven de Las Palmas de Gran Canaria dio vida durante dos años a una sexualísima Generala en un espectáculo que la llevó de gira por toda España y Alemania.

"'The Hole' ha sido una de las experiencias más maravillosas de mi vida. Supuso", recuerda Tamia Déniz Almeida, "romper con todos los miedos que tenemos los artistas y los humanos y me sirvió para darme cuenta que aquello era para mí y, sobre todo, que estaba perfectamente capacitada para hacerlo. Eran nueve funciones a la semana de un espectáculo que arrasaba cada noche y hacía al público ponerse en pie. Era un regalo para mí como arista sentirme parte de ese engranaje y trabajar con tantos profesionales buenos de distintos ámbitos como el cabaret, el circo, el teatro? En 'The Hole' cogí muchas tablas y aprendí del día a día con el público, además de sentir cómo son los diferentes públicos. Fueron dos años de gira por España y Alemania y dieron para mucho. Sin duda", añade, "fue un muy buen punto de partida porque sin duda se trata del espectáculo que empezó a hacerme visible en este mundo tan complejo. Nunca lo olvidaré", rememora.

El caso de Tamia Déniz sirve como ejemplo de que en la interpretación nada es casual y, sobre todo, la formación es importantísima. Y no sólo la interpretativa. "Me formé en las Escuelas Artísticas Municipales de Arucas, en el área de Danza -ballet clásico- y Música -piano y lenguaje musical-, luego me pasé al Centro Coreográfico de Las Palmas de Gran Canaria donde estudié ballet clásico y jazz. Posteriormente estuve unos años en el Conservatorio de Música de Las Palmas de Gran Canaria y muchísimos años en el Coro de la Orquesta Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria, primero en el infantil, que hacíamos óperas de niños para niños, y luego en el juvenil, donde dimos conciertos por toda la isla y, en Navidad, veníamos a cantar a Madrid con la Orquesta de Radio Televisión Española".

Pero además, la intérprete canaria es licenciada en Derecho por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

-Tengo entendido que era una alumna de muy buenas notas. ¿Aplicada?

-"Mucho. Vengo de una familia en la que la formación siempre se ha valorado muchísimo. Hay muchos maestros en la familia y siempre estuvimos muy estimulados en casa... Contando con la importancia de la música y las artes como actividades complementarias".

- ¿Y qué le animó a estudiar Derecho?

- "Pues fui muy buena estudiante. Me gustaba bastante y se me daba bien, así que seguí la corriente de lo que la sociedad marcaba que me tocaba hacer, que era estudiar una carrera... Y elegí derecho porque en mi mente adolescente era algo que parecía importante. Además, como estaba estructurada la carrera en la ULPGC me dejaba mucho tiempo libre para seguir bailando y cantando por las tardes..."

Pero como la cabra tira al monte, un día Tamia descubrió el musical 'Chicago' y?

"Fue el primer musical al que asistí en la Gran Vía madrileña y recuerdo que brotó algo dentro de mí y pensé: yo quiero hacer eso... Vi control, elegancia, técnica, precisión, música en directo pero, sobre todo, que esos actores, con lo que hacían, contagiaban alegría. No era un teatro estático, sino que de alguna manera se metía a la gente dentro del espectáculo y se les hacía vibrar", cuenta sobre aquella revelación que se le presenta cuando estudiaba cuarto de derecho.

"Había salido de Gran Canaria a hacer un 'erasmus' a Francia y, ya quinto, me lo hice de 'séneca' en Madrid. Ahí descubrí los musicales, aquella forma teatral que reunía las dos cosas que más me gusta hacer: cantar y bailar, y ya no volví a Gran Canaria...", explica Tamia.

Al preguntarle si la carga erótica de Chicagola frenó en algún momento responde que no. "Cuando vi 'Chicago' tenía unos 23 ó 24 años y no me pareció tan hot. Era pura elegancia y sofisticación... Para ese, entonces sí que conocía el 'estilo Fosse' [Bob Fosse es un aclamado director, coreógrafo, bailarín, actor y escritor norteamericano] y lo reconocí enseguida en esos movimientos".

Reinventarse o morir

La incombustible (y también 'coquito') Tami Déniz, con su título universitario bajo el brazo, decide seguir formándose en interpretación y, aprovechando su estancia en Madrid, comienza a estudiar en la escuela de interpretación de Víctor Ullate -hijo-. "Recuerdo que levantarme cada mañana y saber que lo que tenía por delante era una clase de ballet, una de canto, una de interpretación, una de jazz y, si quería, otra optativa que eran funky o hiphop me motivaba muchísimo... Me comí la escuela", cuenta divertida.

"Es tan distinto estudiar algo que te motiva cien por cien... Cada día era un sueño", reconoce la canaria. "Al año de empezar a estudiar en Scaena Victor Ullate Roche al centro le concedieron la Titulación Superior en Arte Dramático, en la especialidad de Teatro Musical, y me metí a hacerla de lleno. Trabajamos mucho pero fuimos la primera promoción de algo que en España estaba explotando, que son los musicales, y fuimos unos privilegiados de poder estudiarlo todo como formación completa ahí".

"Antiguamente", prosigue, "quienes ahora son las primeras figuras del teatro música se tenían que buscar la vida formándose para cada disciplina en un sitio diferente, con lo que eso implica a nivel dinero o desplazamiento. Esta es una carrera en la que hay que prepararse muy bien y trabajárselo mucho, es muy competitiva, y tengo la sensación que en esos cuatro años en el centro de Ullate estudié mucho más y me dediqué más que en mi anterior carrera. Es curioso siendo las profesiones artísticas tan poco consideradas en este país", reflexiona esta bellísima canaria que, dando un salto al futuro durante la entrevista, recuerda cuando sus padres fueron a verla a actuar por primera vez a 'The Hole', un espectáculo donde Tamia Déniz "no me vestía para salir al escenario; me desvestía", bromea sobre un vestuario que estaba compuesto por una braguitas, unas pezoneras, torera, tirantes y gorra dorada.

- ¿Y qué le dijeron sus padres?

- "Pues nada. Pero nada de nada. Entendieron perfectamente que aquello era un personaje y respetaron que esa era mi profesión".

Pruebas, castings, 'noes'...

Dice Tami Déniz que no sintió demasiado vértigo al dar un cambio tan radical como fue pasar de estudiar derecho a verse inmersa en el mundo del artisteo. "Un poco sí y otro poco no. De repente lo tuve claro: o arriesgaba ahora o me iba a quedar con esa espina toda la vida... Escuché a las voces correctas dentro de mi que me decían ¿Por qué no?. Cualquier camino que elijas es difícil pero además", reconoce Déniz Almeida, "tenía la seguridad de que si algo salía mal yo ya estaba formada y siempre me podía volver a casa y estudiar una oposición o buscar un trabajo de lo otro... Por suerte, mi camino era el que finalmente tomé".

Retrocediendo a aquellos años, Tamia rememora los primeros años como profesional. "Los primeros castings son puro entrenamiento. Después de haberte preparado un montón vas a una prueba y ves que hay un montón de gente talentosa ambicionando lo mismo... Hay que hacer muchos y lidiar con la frustración pero esta es una carrera de fondo y si lo quieres con las suficientes ganas, al final aparece aquello que es para ti... El mundo del casting es muy duro pero hay que aprender a utilizarlos en tu favor. Todo suma", asegura. "De todas las pruebas se puede sacar algo en positivo para el siguiente", dice.

Volviendo a su rol de Irene Adler en 'Sherlock Holmes y el Destripador', la única obra de teatro de texto en español que triunfa actualmente en Barcelona, explica que el éxito del montaje "se debe a que el Teatro Apolo y su director, Ricard Reguan, apuestan por el teatro como acto social y que así llegue al máximo número de personas posible, recuperando un género, el género policiaco, que en Barcelona tuvo mucha tirada en el pasado. Está funcionando muy bien y el público está muy contento".

-¿Posibilidades de venir a Canarias?

- "A ver si llegamos".

Explica que para su papel como la señorita Adler se ha inspirado en actrices como Lauren Bacall. "Irene es la única mujer que fue capaz de burlar a Sherlock Holmes", dice sobre su personaje. "Es una espía, ladrona y chantajista que en este caso, se pone del lado de Holmes para resolver el crimen de Jack el Destripador. Me he basado también en el trabajo de otras actrices que han encarnado este personaje en las numerosas series y películas que hay de Sherlock Holmes pero luego he construido mi propio personaje que, la verdad, tiene mucho de mi también", reconoce.

A sus 31 años, la canaria dice que al mirar atrás cree haber sido "completamente fiel" a la niña a la que siempre le gustó disfrazarse y montar el numerito, "aunque ahora de manera profesional. Pero, qué diferencia hay en realidad entre la interpretación y nuestras vivencias. Justamente el personaje de Irene Adler tiene una elegancia intrínseca que me la ha dado la danza y los años de ballet clásico", confiesa esta trabajadora y divertida mujer que, efectivamente, sigue teniendo el alma de la niña bailona y cantarina a la que su abuela bautizó como Conchita Velasco.

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