La guinda del pastel del encuentro del motor que se celebró en La Barranquera fue el almuerzo: una paella de la que se pudo disfrutar al mediodía y que "dio vida al recinto ferial y la zona de los chiringuitos", apuntó el concejal de Festejos, Agustín Pérez,. Se sirvió suficiente paella para unas 300 personas, mientras otras 500 más no tuvieron la posibilidad de probarla. Pérez valoró que "hemos conseguido que la ciudadanía perciba que San Gregorio vuelve a convertirse una fiesta de referencia, y no solamente por el fin de semana próximo, que es el grande; el objetivo es que vuelva a ocupar el lugar que tenía hace unos ocho años, cuando los feriantes se peleaban por venir aquí. Poco a poco", continuó, "lo vamos recuperando. Por ejemplo, inauguraremos una feria de artesanía con casi medio centenar de puesteros, que no está nada mal".