Desde cualquier municipio, barrio, calle u hogar para celebrar el día del Santo Cristo. Vecinos de toda la Isla se desplazaron durante el día de ayer a San Juan de Telde para asistir tanto a las eucaristías especiales por sus fiestas como a la procesión que no dejó, como cada año, indiferente a nadie. Fieles, comunidad religiosa y autoridades gozaron de un acontecimiento de emoción y devoción que recordó, una vez más, la cantidad de feligreses que siguen al Cristo de Telde y su capacidad para remover corazones por toda Gran Canaria.
Toda la jornada de ayer fue de intensidad para el municipio, en especial para el barrio de San Juan. Desde las siete de la mañana su basílica abrió para empezar a recibir a los primeros fieles que no quisieron que pasara el día sin, al menos, ver la venerada imagen. Así, a las 07.30 horas se inició la primera misa, encabezando una ronda destacada por la especial de las diez de la mañana en honor al día del Cristo. La iglesia se mostró repleta por vecinos de Telde y otras localidades.
Además, al finalizar la eucaristía, los componentes de los grupos europeos participantes en la quinta edición del Festival Internacional de Folclore, El Salitre del Faycán, procedentes de Portugal, Rumania y Serbia, llevaron a cabo una ofrenda floral a la imagen dentro del templo. Así, entre flores de colores y velas encendidas, el Cristo se preparaba para una tarde de esas que ponen el vello de punta y hacen estremecer a cualquiera.
Pasado el mediodía, el ambiente se notó aún más nervioso y los últimos preparativos para la procesión ocuparon toda la atención. De esta forma, conforme cayó la tarde y el reloj de la basílica marcó las 19.00 horas, comenzó la última ceremonia religiosa encargada de encabezar la marcha preparada con mucha ilusión y mimo.
El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases Andreu, comenzó la misa y, cuando apenas quedaba rastro del sol y la oscuridad se acercaba al barrio teldense, ya todo estaba fuera del templo preparado para iniciar el recorrido.
Con la imagen fuera, el párroco de la basílica, José María Cabrera Pérez, presidió la procesión seguido por sacerdotes de otras parroquias, autoridades, feligreses y la banda, que llenó de música y sentimiento cada rincón del camino recorrido con emoción.
Desde la puerta de la iglesia, el conjunto siguió al Cristo, pasando por las calles Juan Carlos I, el Conde de la Vega Grande, Duende, Marín y Cubas, Doramas, Los Sabandeños, Julián Torón, y León y Castillo hasta llegar de nuevo al punto de salida.
Durante el acontecimiento, que transcurrió con buen tiempo y sin incidentes, el silencio solo se vio interrumpido por la melodía desprendida de los instrumentos del grupo musical acompañante y los "¡Viva!", desde el alma, de algunos fieles entre los cientos que no quisieron perderse el solemne acto.
Entre una decoración floral sublime, ojos con brillo insuperable y sentimiento en cada esquina, el trono con la imagen recorrió el barrio. Desde varios balcones, incluido el del Ayuntamiento, el Cristo recibió cinco malagueñas cantadas con el corazón a lo largo de distintas calles. Sin duda, un acto por todo lo alto a medida de una celebración en Telde elegida por seguidores de todas partes.
