Los 26 vehículos que fueron quemados en la madrugada de ayer en el Valle de Jinámar en "un atentado vandálico", según el alcalde accidental de Telde y concejal de Seguridad, Juan Martel, pudieron haber sido menos si la falta de efectivos no hubiera obligado a llamar al parque de bomberos de Arinaga. Si el de Telde, ubicado en La Mareta y a cinco minutos del lugar de los hechos, hubiera dispuesto del personal suficiente habría llegado antes que sus compañeros del Sureste.

Pero solo había un bombero operativo en Telde, y tuvieron que ser los de Arinaga los que lo recogieran para dirigirse a sofocar el incendio. Habían pasado 30 minutos desde el comienzo del fuego y los estragos de las llamas fueron imparables y nada se pudo hacer para evitar que terminaran calcinados.

Esta es la tesis que expone en un comunicado el comité de empresa del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, donde se responsabiliza a la falta de efectivos y de medios en este cuerpo, propiciado por "los politicos del Cabildo", de que en "en vez ser dos o tres los que ardieran, la tardanza en la respuesta por nuestra situación de merma ya denunciada puede haber hecho que ardieran más vehículos".

Los bomberos del Sureste intervinieron media hora después de iniciado el fuego en los automóviles aparcados en la calle Fernando Sagaseta -24 en esta vía-y Lotus Kunkelii -los otros dos y los menos afectados por las llamas-. Pero eran solo cuatro -tres de Arinaga y el de Telde- y ante la gravedad de los incendios se tuvo que activar el parque zonal de Vegueta, que pertenece al municipio capitalino, con el que el Consorcio no tiene ningún protocolo de actuación conjunta, además de que "han tenido que dejar su zona de cobertura desprovista, sabiendo que los bomberos de Las Palmas también están con los mismos problemas, pese a las denuncias realizadas por ambos".

La solución que se plantea es dotar entre 40 y 50 bomberos diarios para los siete parques del Consorcio y cumplir con la legislación de prevención y riesgos laborales.

La quema de los 26 vehículos, cuyo cobro del seguro al ser un acto vandálico se presenta muy difícil, se intentó paliar con acciones de los efectivos presentes en esos momentos. De hecho, si los dos aparcados en la calle Lotus Kunkelii no terminaron calcinados fue gracias a la intervención de un agente de la Policía Nacional y un vecino, este último atendido tras afectarle el humo, que pudieron evitar que las llamas se propagaran con la rapidez que en Fernando Sagaseta.

No hubo las mismas opciones en los 24 restantes, ya que pese al intento de otro agente de intentar separar uno de los vehículos para evitar la propagación del fuego, no fue posible y resultó levemente herido con cortes en una mano tras romper una ventanilla para acceder a uno de los automóviles. A los daños sufridos por los vehículos, se suman los colaterales de un árbol afectado por las llamas y de unos cables de la calle, aunque la lejanía de los pisos no obligó al desalojo.

El aviso llegó al centro de comunicaciones a las 2.45 horas del viernes, según explicó Juan Martel, y los bomberos del Consorcio emplearon 40 kilos de espuma y 24.000 litros de agua -15.000 y 9.000 en dos actuaciones- para sofocar el incendio y enfriar a los vehículos totalmente calcinados.

Agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional se presentaron en Jinámar y ayer la Policía Científica peinaba las zonas de los incendios para encontrar indicios y pruebas que puedan desvelar su origen. Desde la Policía Nacional se pide la colaboración ciudadana a través de su cuenta Twitter en Canarias para ver si puede dar alguna información al respecto que ayude a descubrir la autoría de estos hechos, calificados por Martel como un atentado, de algo intencionado. "No es un hecho aislado, está todo muy bien premeditado y no se trata de un ajuste de cuentas, ya que no ha afectado a pocos coches, sino a 26, no es contra alguien solo".