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El hallazgo de niños en vasijas impulsa la investigación arqueológica en Cendro

Patrimonio forma un equipo de trabajo para salvar los restos l El material fue hallado en los 90, pero el mal estado de la zona ha impedido recuperar el yacimiento

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Yacimiento de Cendro

El área de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias pondrá en marcha el próximo año un proyecto para la recuperación del espacio arqueológico y los restos antropológicos hallados en el antiguo yacimiento aborigen de Cendro. El descubrimiento único de esqueletos de neonatos introducidos en vasijas, que realizó el arqueólogo Julio Cuenca con un equipo en los años 90, ha propiciado que la institución regional busque los medios para poder poner en valor esta zona, donde antaño se ubicaba uno de los poblados de mayor importancia a nivel social y político de la Isla (junto al poblado aborigen de Tara, también situado en el municipio) y que actualmente se encuentra en unas condiciones nefastas que han impedido en campañas anteriores poner orden y ejecutar prospecciones más profundas en la zona.

En concreto, los hallazgos se han encontrados adosados en El Portichuelo (que forma parte del conjunto arqueológico de Cendro). Aunque en años anteriores el equipo de Cuenca halló pequeñas piezas de cerámica de factura aborigen y anzuelos de pesca realizados en hueso en este espacio (que fueron donados al Museo Canario), no tardaron en darse cuenta que la zona estaba plagada de otro tipo de materiales de mayor valor. El arqueólogo inició una campaña urgente para realizar excavaciones y finalmente encontraron restos óseos de recién nacidos tanto en la superficie como dentro de recipientes de barro. "Todos los restos que encontramos tenían el mismo rango de edad, por lo que descartamos que fueran enterramientos de niños sin mayor trascendencia y comprendimos que podría tratarse de algún tipo de ritual ", explica Cuenca.

La directora del área, Nona Perera, visitó el pasado martes las excavaciones (cuya titularidad está bajo el nombre del Gobierno Regional sobre el año 95) y comprobó de primera mano el lamentable estado en el que se encuentran; rodeadas de maleza, enterradas en cierta parte por tierra que ha sido desprendida a causa de las inclemencias del tiempo como la lluvia y el viento y siendo víctimas del vandalismo ciudadano (desconocedor de la importancia de estos descubrimientos).

Para paliar esta situación, el Ejecutivo se ha comprometido ha poner en marcha una serie de actuaciones con el fin de recuperar el yacimiento lo antes posible. "En primer lugar tenemos que comenzar a recoger todo el material arqueológico que está en la superficie con riesgo de pérdida; al al estar situado en una ladera los desprendimientos de arena de las zonas superiores al yacimiento han provocado que la parte más externa quede cubierta por una capa geológica de arena que se está cayendo y que podría enterrar los materiales valiosos", detalla la directora del área. La idea es recoger esas piezas y contener el avance del desplome de la montaña para que no se siga deteriorando e intervenir finalmente en el inmueble existente de alto valor patrimonial.

El segundo paso sería formar un equipo de especialistas para trabajar en las zonas fértiles de la propiedad del Gobierno de Canarias, mientras que de forma paralela la institución intervendría en un edificio abandonado, en donde antes residian los dueños originales de la finca, que se sitúa en la zona patrimonial (actualmente azotado por el vandalismo en múltiples ocasiones; incluso siendo habitado por okupas y quemado en varias ocasiones) para transformarlo en un centro de almacenamiento y en un espacio dedicado a las tareas de estudio y análisis de los elementos arqueológico y antropológicos que se encuentren en el yacimiento. "Necesitamos poner los materiales en algún sitio para que no sigan expuestos sin protección; no queremos instalar contenedores en la zona y es preciso también un lugar para que los especialistas trabajen cerca del yacimiento", explica Perera. "Acondicionaremos una parte del inmueble, lo que se pueda", apunta.

Por lo pronto, el área ha pedido consejo a Cuenca para que asesore los mejores métodos para la recuperación del espacio ya que por su disposición en la zona "es bastante complejo; justo debajo hay una ladera y hay que tener cuidado en la forma de actuar para que no se venga todo hacia abajo", detalla la directora de Patrimonio, que por otro lado da fe que la institución hará todo lo posible para actuar en el espacio. "Es un yacimiento muy importante para conocer el pasado y tiene bastante prioridad: es el único lugar de las islas en donde han aparecido enterramientos de bebés dentro de vasijas, en Canarias no se ha visto algo igual", asevera la directora.

"Los niños se han encontrado depositados sin violencia sobre la superficie del terreno, otros dentro de vasijas decoradas con mucho detalle y a su alrededor hemos podido encontrar restos de cenizas de hogueras", explica el arqueólogo. A estos hallazgos se le relacionan restos de animales inmaduros (que todavía no han alcanzado la edad adulta) como cerdos o cabras. "El contexto arqueológico parece que tiene una relación con rituales que se practicaban en Gran Canaria: en épocas de hambrunas, de sequía o conflictos bélicos en donde no se podía garantizar la crianza de esos niños recién nacidos y se estipulaba hacer el sacrificio", cuenta.

Por otro lado, Perera recuerda que tanto ella como el arqueólogo visitaron la zona juntos la pasada semana para comprobar la gravedad en la que se encuentra (que calificaron como muy pronunciado) y sostiene que el siguiente paso consistirá en realizar una segunda visita para zonificar. "Queremos ver desde en qué áreas debemos intervenir y de qué formas para actuar de la forma más profesional posible: una vez se haga este análisis podremos incluir en los presupuestos del año que viene el proyecto", augura Perera y rememora que el Gobierno está centrado actualmente en la rehabilitación de los yacimientos afectados por los incendios del pasado mes de agosto: las cuevas de Risco Caído y el Ateneo en La Laguna.

El arqueólogo Julio Cuenca explica que tras el descubrimiento de los neonatos se ha intentado recuperar el yacimiento en varias ocasiones, pero el vandalismo o las malas condiciones del entorno han impedido llevar a cabo una prospección más profunda de la zona. "Cuando hicimos el hallazgo repercutió mucho en prensa, así que algunas personas hicieron un expolio de forma ilegal", rememora, añadiendo también que "dejamos de actuar porque no había ninguna garantía de seguridad en el sitio". Al comprar el terreno y el inmueble de Portichuelo en los 90 comenzaron las intrusiones, saqueos e incluso algunos incendios. Las últimas campañas, elaboradas sobre el 2012, consiguieron la recuperación de parte del material y el equipo de trabajo decidió cubrir la zona con grandes mallas. "No fue suficiente y, para colmo, llegaron las fuertes lluvias años después que terminaron de destrozar toda la zona", admite entristecido el profesional.

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