“Esta es la peor crisis por la que hemos pasado”, sentencian sin tenerlo acordado varios comerciantes del casco de San Gregorio cuando se les pregunta cómo han afrontado la pandemia. Los últimos meses han sido para muchos una auténtica carrera de obstáculos cuesta arriba, en la que se han afrontado pérdidas de hasta el 50% en comparación con años anteriores y en la que la incertidumbre casi abate a muchos empresarios. Sin embargo, diciembre se presenta como un flotador para los autónomos que dirigen cualquier establecimiento.
Los empresarios de la zona comercial abierta se agarran desde verano a las actividades y eventos de dinamización que ha podido organizar la asociación de empresarios. Las restricciones sanitarias para evitar el aumento de contagios por coronavirus ha impedido al colectivo llevar a cabo los actos más populares del segundo semestre del año, como ‘Telde cambia la hora’. Sin embargo han buscado otras formulas para promocionar los comercios que los empresarios han valorado positivamente y a eso se amarran también como salvaguarda para afrontar los momentos duros. Asimismo, a pesar de las dificultades que llevan consigo las circunstancias, no han faltado emprendedores que han decido apostar por abrir nuevos negocios en la ciudad. Un total de ocho empresas han iniciado su actividad en locales de San Gregorio justo en los meses posteriores al estado de alarma. La esperanza y la valentía son los valores que siguen a los empresarios teldenses en estas duras fechas.
Luz al final del túnel
Tras el confinamiento y la desescalada, que ahogaron a miles de empresarios por verse forzosamente cerrando su fuente principal de ingresos, la recta final del año deja prever una luz al final del túnel para las personas que viven de la compra-venta. “Esperamos que esto pueda reponerse un poquito”, confiesa Pepi Rodríguez, dueña de Los Sombreritos, una de las tiendas de ropa más antiguas de la zona. Trabaja como comerciante desde hace más de 40 años, pero manifiesta que la situación actual es insólita. “Estuvimos totalmente paralizados durante tres meses, pagando pero sin ingresar absolutamente nada”, recuerda aún atónita. “Las pocas ayudas que nos han ofrecido tenemos que devolverlas, aquí no regalan nada”, añade. Ha perdido miles de euros en los últimos meses, sobre todo en el período estival, en el que muchas personas solicitaban trajes típicos para la romería.
“Compré todo el equipamiento para los meses de verano, cuando hay más fiestas, y todavía lo tengo en el almacén porque no se ha podido celebrar nada; vamos a ver si el año que viene cambia la situación”, sostiene dubitativa. La empresaria admite que durante el estado de alarma se llegó a plantear que si llegaba a aplazarse unas semanas más “igual no podría volver a abrir”.
La incertidumbre y el miedo han sido acompañantes indeseados pero constantes en este año. Araceli Sosa, encargada de la tienda de Origen, resume el periodo que parte de la desescalada hasta ahora como una montaña rusa. “Al acabar la cuarentena, muchísima gente mostró su apoyo a los comercios locales; hubo un aumento de ventas gracias a la concienciación de la clientela, que se veía dispuesta a consumir en pequeños negocios”, expresa la comerciante sorprendida, aunque añade que este furor no duró mucho tiempo. Con la llegada de las rebajas una buena parte de la población volvió a optar por los centros comerciales y las franquicias. “Las actividades que han realizado desde la asociación de empresarios nos han venido bien, por otra parte; por ejemplo la venta de entradas a eventos de entretenimiento en los comercios, eso nos empujó bastante”, admite, mientras recalca que deja en la campaña navideña la baza para remontar.
“Yo me considero una persona muy optimista, espero que realmente la Navidad nos sirva; pero también tenemos que ser optimistas”, sostiene por su parte Clara Brito, propietaria de la boutique Coco & Luck, ubicada en la avenida de la Constitución. “Tengo a proveedores esperando que les pague, eso jamás me había pasado”, sostiene con incredulidad. En su establecimiento vende todo tipo de prendas, pero especialmente triunfan los conjuntos para eventos especiales como bodas o comuniones. “Este año no me han hecho ninguna reserva y tengo ropa de temporada todavía guardada”, asevera. Brito insiste desde hace años que una de las formas de dinamizar el centro de Telde es mejorando las infraestructuras públicas; en concreto, señala la iluminación. “Nos hace falta más luz en la zona peatonal, por la noche da hasta miedo”, añade apurada.
No es la única que lo defiende. Nelida Rodríguez, co-propietaria junto con Jessica Di Martino de la tienda de moda Armony Shop, sostiene también la importancia de mejorar la imagen de San Gregorio. Amelia Pereira, una de sus clientes, añade con dureza que “da pena venir a pasear a la zona comercial, siempre está sucia; las veces que he venido jamás he visto pasar un barrendero”. Rodríguez se mantiene serena y expresa que “a nosotras por el momento nos está yendo bien; no hemos notado tanto contraste con respecto a las ventas del año pasado”. De hecho, señala que incluso notó una mejoría en los meses de mayo y junio, y hace apenas unos días que tuvieron que traspasarse a un local más amplio para lidiar con la creciente demanda.
Destaca la importancia de las redes sociales y la venta online en este proceso. “Siempre hemos cuidado mucho la promoción por medios digitales, tenemos una página web desde hace un tiempo, pero en estos tiempos es absolutamente necesario”, asevera. Y esta también ha sido la herramienta a la que se han aferrado muchos de los nuevos empresarios de la zona. Ruth Marín, propietaria de El vestidor de Marinita, abrió la tienda nada más iniciarse la desescalada.
“Mi idea era abrir en abril y las semanas antes había viajado a la península para comprar todo el material, ropa para bebés”, sostiene riendo resignada, pues acabó encerrada en casa con toda la ropa. “En ese tiempo supe que tenía que optar por las ventas online”, añade. “Quería apostar por este municipio y después de que concluyese el estado de alarma pensé que con todo lo que ya había hecho tenía que continuar”, confiesa. Otra de las valientes que se ha enfrascado en la aventura de emprender en tiempos de covid es Nazaret Vega, impulsora de Templo Zen, un espacio dedicado a las disciplinas del yoga y del pilates. La joven señala que estas actividades consiguen mejorar la condición física de las personas que las practican, pero también su bienestar mental; dos asuntos que deben trabajarse especialmente en estos tiempos de pandemia, donde crece el estrés y la angustia.
El miedo no es una opción para las personas que buscan su porvenir, por lo que tanto para los empresarios de más experiencias como para los nuevos, estos meses son decisivos para el futuro de los negocios locales. Por eso continuarán luchando por sobrevivir. “Resistiremos”, concluye Brito con esperanzas.
Un ‘Pekín Express’ en San Gregorio
Las empresas que componen la zona comercial abierta de San Gregorio sufren como todos los negocios la crisis de la pandemia y necesitan sumarse a nuevas fórmulas de dinamización que casen con las restricciones y medidas vigentes para hacer frente al coronavirus. Por este motivo, la popular gymcana familiar que se celebra cada año en el casco (organizada por la escuela infantil El Patio de Ele), no podrá ser efectuada este año. En su lugar quedará sustituida por un original juego que emulará al famoso programa televisivo Pekín express, según ha anunciado Eleazar Ortega, director del centro, por instagram: los participantes tendrán que conseguir una serie de pistas y realizar pruebas en distintos establecimientos del barrio. Esta será una de las actividades que se efectúen para dinamizar los comercios durante la campaña de Navidad y dar a conocer la historia este núcleo de ventas. | J. P.
