La víctima del apuñalamiento en el parque de Las Remudas sostuvo este lunes ante el juez que los acusados tenían la intención de acabar con su vida. "Todo fue un plan para matarme", insistió el agredido mientras destacaba que la pelea empezó después de que una de las acusadas le increpase y amenazara con asesinarle.

Los hechos ocurrieron el pasado 12 de diciembre de 2017 cuando, según el afectado, la encausada Saray S. I., se acercó hasta el bar en el que él se encontraba "para asegurarse de que estuviese solo" y empezó a increparle e insultarle a lo que él le respondió "adonde vas con esos dientes podridos". Acto seguido, la investigada efectuó una llamada a la vez que le decía que ya bajaban sus tíos para matarle.

"Yo agarré un bate que tenía en un huerto urbano y seguí bebiendo en el bar", continúo el agredido, "al rato ellos bajaron armados con palos, tijeras y una botella rota. Después, Marcos I. S., me dice que suelte el bate y que me vaya a los puños con su hermano Jonathan I. S., y eso hice", narró ante el juez ponente Pedro Herrera de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas. Seguidamente, la víctima reseñó que mientras peleaba con Jonathan, Marcos se sitúo detrás de su hermano, también acusado, y le apuñaló dos veces "por sorpresa".

De igual forma destacó que tras la agresión con arma blanca salió corriendo mientras escuchaba "adónde vas hijo de puta" y fue un joven del instituto cercano quien le auxilió y llevó hasta el ambulatorio para luego ser trasladado al hospital. "Un vecino me dijo que Saray estaba diciendo que me iban a matar antes del 31", aseguró.

En la primera sesión del juicio que se sigue contra los cinco miembros de una familia por intento de asesinato a un vecino, prestaron declaración la víctima, sus hermanos, dos testigos y agentes de la Policía Nacional, así como un guardia civil que estaba fuera de servicio y presenció la "impactante" escena. La sesión se reanuda este martes con la comparecencia de los peritos y el testimonio de los cinco procesados, así como de otra de las hermanas del agredido que salió en su defensa tras enterarse de lo sucedido iniciando así una segunda reyerta.

La Fiscalía solicita sentencias que van desde una multa de 1.080 euros hasta los 12 años de cárcel por un delito de asesinato alevoso y lesiones.