La construcción de piscinas, la apertura de un tanatorio o la construcción de un punto limpio en la zona de El Cascajo son sólo algunos de los proyectos inconclusos que indignan a la comunidad de vecinos del Valle de Jinámar. Por eso, seis colectivos han decidido solicitar al Ministerio Fiscal que abra una investigación sobre la gestión pública de las inversiones realizadas en el barrio en los últimos 30 años que nunca han llegado a materializarse.

“¿Qué pasó con las piscinas de Jinámar?”, es una de las preguntas que se repiten cada vez que se recuerda que el barrio podría haber sido un referente de la promoción deportiva. Y es que la construcción de instalaciones acuáticas de dimensiones olímpicas no fue solo un sueño, sino también una realidad que, sin embargo, no llegó a desarrollarse hasta el final.

Las malas gestiones públicas sólo propiciaron que proyectos de esta índole, avalados por subvenciones europeas, fueran catapultados. Y nunca mejor dicho, porque estas instalaciones quedaron enterradas hace mucho tiempo. “Llegaron a construir dos piscinas; una se acabó convirtiendo en un huerto urbano, ubicado en la primera fase”, explica Francisco Suárez, presidente de la asociación de vecinos Thenesor. “La otra fue cubierta y reconvertida en un parque, en las ramblas”, añade. Los vecinos jamás pudieron hacer uso de estas infraestructuras, pero no fueron estas las primeras ni las últimas incluidas en una larga lista de proyectos inconclusos.

Seis colectivos vecinales de las distintas áreas que componen el Valle de Jinámar quieren averiguar cómo se han gestionado las inversiones europeas que han llegado al barrio a través de las diferentes instituciones de Canarias. Por este motivo, han firmado en un escrito su intención de solicitar al organismo competente de la Unión Europea y al Ministerio Fiscal del Estado que abran una investigación al respecto, con el fin de esclarecer si el dinero ha sido realmente utilizado para los fines por los que se pidió o si es posible que se hayan producido malversación de los fondos.

Además de estas instalaciones deportivas, otras de las infraestructuras que estaban pendientes de su ejecución y puesta en marcha eran un nuevo tanatorio municipal, ubicado en el parque de la Condesa, y un punto limpio en la zona de El Cascajo. Asimismo, también piden respuestas ante el estado de otras infraestructuras históricas como la Noria de Jinámar o la Casa de la Condesa, que sufren desde hace años continuos destrozos por el vandalismo, y que se estudien las financiaciones para el desarrollo de proyectos de formación y empleo en el barrio. “En las próximas semanas nos dedicaremos a recopilar todos los datos posibles sobre estos proyectos para enviarlos a las instituciones competentes; también tendremos que asesorarnos para saber a quién debemos acudir”, aclara Suárez al respecto.

Los representantes de las asociaciones Thenesor; Armiche; Solidaridad del Valle; Cedros del Cortijo; La Concepción y Plataforma de la dignidad Avanza por la Esperanza son los artífices de esta denuncia, que efectúan tras observar durante años cómo las promesas de las instituciones caen en saco roto a pesar de contar con financiación de Europa detrás. A finales del año pasado algunos colectivos decidieron colaborar juntos para manifestar con más voz las injusticias que se producen en su barrio. Su primer reclamo fue mejores servicios públicos, pues la mayoría de quejas de los residentes se enfocan en la suciedad, la falta de alumbrado en las calles y de cuidado de los parques. En apenas unas semanas ya se han unido seis grupos vecinales a la reivindicación “y vendrán más”, auguran con espíritu luchador.