Los vecinos de Clavellinas y Salinetas, con incertidumbre por el deslinde

La mayoría de los residentes de esta parte de la costa asegura que no conoce las consecuencias del nuevo trazado

Hay quien no teme por el futuro de sus casas, aunque reconocen que su valor se devalúa en caso de querer venderlas

Una vecina observa Salinetas desde la terraza de su casa

Una vecina observa Salinetas desde la terraza de su casa / LP / DLP

La publicación en el Boletín Oficial del Estado del nuevo deslinde marítimo terrestre de los 1.415 metros que hay entre Melenara y el final de Salinetas ha sembrado de incertidumbre entre las personas que residen en primera línea en esta zona de la costa de Telde. Mientras unos desconocen qué repercusiones puede tener sobre sus viviendas, otros están tranquilos y aseguran que sus casas no peligran. 

Uno de estos vecinos es C. C., que ha decidido consultar con un abogado urbanista cuál puede ser el futuro de su casa y, en caso de que peligre parcial o totalmente, qué margen de maniobra tiene para intentar salvarla. «A la nuestra le afecta de lleno, seguramente, porque está colgando sobre el mar», afirma para luego reconocer que hasta ahora no se había preocupado mucho por el deslinde y «se me ha metido un poco de miedo en el cuerpo». 

Informe de Urbanismo

Su tranquilidad inicial se debía a que «cuando compramos pedimos un informe de Urbanismo que afirmaba que no existía infracción urbanística, pero claro, la Demarcación de Costas está por encima y lo que sí teníamos era una nota simple aclarando que pesaba sobre la casa una afección». Hace unos meses, recuerda, le llegó una comunicación de Costas «con un link para ver el nuevo deslinde», pero no le prestó mucha atención «y ahora, igual que otros vecinos, tengo miedo de que los tractores vayan a arrasar las terrazas y viviendas». 

KAREN , UNA DE LAS VECINAS DE LA AVENIDA DE CLAVELLINAS

KAREN RODRÍGUEZ , UNA DE LAS VECINAS DE LA AVENIDA DE CLAVELLINAS / Juan Castro

Quienes están resignados a perder sus terrazas son algunas de las personas que viven en las casas de la calle Churruca y tienen patios delanteros que se construyeron hace décadas ocupando suelo público, con el único trámite de informar al Ayuntamiento de la obra. De hecho, aseguran que «siempre hemos sabido que en cualquier momento nos podían decir que las quitarían porque están en precario».

La publicación de Costas cogió por sorpresa a Karen Rodríguez, que cree que el deslinde «solo afectará a la terraza, no a la casa», atendiendo a lo que le dice su padre, que «no está preocupado»; lo único que le importa es «que no toquen la casa de toda su vida, que tirando por lo bajo tiene 100 años». Dentro de lo que cabe, el nuevo deslinde les hace estar «más tranquilos» porque el anterior pasaba por la calle trasera y dejaba la suya y otras fuera de ordenación. 

Otro de los residentes en Clavellinas, que prefiere mantener el anonimato y tiene estudios de Arquitectura, pone incluso en duda técnica el trazado del nuevo deslinde que Costas pretende que sea el definitivo y asegura que contiene varios errores

VIVIENDAS EN PRIMERA LÍNEA DE CLAVELLINAS Y, AL FONDO, DE SALINETAS

VIVIENDAS EN PRIMERA LÍNEA DE CLAVELLINAS Y, AL FONDO, DE SALINETAS / Juan Castro

Esa es precisamente una de las tesis del Gobierno de Canarias, que ya ha anunciado su intención de recurrir el trazado publicado por Dirección General de la Costa y el Mar, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Al día siguiente de la publicación del BOE, el director general de Costas de Canarias, Antonio Acosta, recordaba que el Ejecutivo canario había informado negativamente a la propuesta del Estado, y propuso «modificaciones que se podrían recoger y mejoraban la situación de viviendas y los vecinos de la zona», que no se atendieron. Pero es más, asegura que «contiene errores, como la ubicación de un edificio que ya no existe en la zona porque fue demolido» y tiene un margen para mejorar «la situación de algunas de las propiedades de la zona». 

Así, el Gobierno de Canarias iniciará el requerimiento a ese deslinde para intentar llegar a un acuerdo con el Estado y si esto no da resultado, «seguiremos el procedimiento de reclamación del Gobierno por otras vías». 

CLAUDIO OJEDA, UNO DE LOS VECINOS DE SALINETAS AFECTADOS POR EL DESLINDE

CLAUDIO OJEDA, UNO DE LOS VECINOS DE SALINETAS AFECTADOS POR EL DESLINDE / LP / DLP

Más del 80% afectada

M. F. es una de las personas que vive a pie de la playa de Salinetas, en un edificio que su abuelo construyó sobre la que era su vivienda. El nuevo trazado propuesto por Costas, explica, «afecta entre el 80 y el 90% de mi casa». Tiene intención de presentar un recurso y «luchar hasta el final» y reconoce que esta situación le tiene sumido en un mar de dudas. Lo que le han dicho sus vecinos más cercanos, que también sufren las consecuencias de este trazado, es que «por ahora no se tirará nada. Se supone que tendremos una moratoria de 30 años que puede prorrogarse otros 30, pero las viviendas dejarían de ser de nuestra titularidad». 

A falta de confirmar este punto, uno de los aspectos que consultará con un letrado especializado, su preocupación ahora es el futuro de sus hijos, que no podrán heredar una propiedad que siempre ha sido de la familia y que ya se salvó de la pica en el pasado gracias a una sentencia del Supremo. 

Otros vecinos están tranquilos

Pero mientras unos están preocupados por el desenlace que pueda haber una vez que el deslinde sea definitivo —aún hay un plazo de un mes para los vecinos y de dos para las administraciones que deseen presentar recursos—, otros están tranquilos y aseveran que sus viviendas no peligran. 

Horacio Rivero es propietario de una de las casas que ‘caen’ sobre las rocas de Salinetas, por la zona conocida como ‘El Chingadero’. «Me han llamado amigos para preguntarme y a todos les digo lo mismo, que mientras no tires la casa o no se caiga, no la pierdes. En ese caso tendría que retranquear», en su caso, perdiendo la mitad del espacio. Según explica, el deslinde limita las posibles actuaciones sobre la propiedad, pero no obliga al retranqueo. «Y si me van a expropiar, que paguen».

Achaca las dudas de sus vecinos a la «falta de información» y lo complicado del texto publicado en el BOE «que es una retahíla que te remite a leyes». 

Dos personas pasean por la avenida que une Melenara y Salinetas, salpicada de viviendas

Dos personas pasean por la avenida que une Melenara y Salinetas, salpicada de viviendas / Juan Castro

Desde la lejanía, en un estudio

Con él coincide Claudio Ojeda, que vive en Salinetas, que no entiende «cómo Costas divide por la mitad las viviendas». Ha sido concejal de Urbanismo en Telde y en Las Palmas de Gran Canaria, y consejero del Cabildo, y el conocimiento que adquirió entonces le hace estar más tranquilo.

Está convencido de que las casas permanecerán en su lugar y en el caso de que haya expropiaciones tendrían que pagarse a precio del mercado actual. El problema es para quienes tienen una vivienda y tenía intención de construir, que ya no puede, y «que al estar afectada se devalúa su valor en el caso de querer vender».

Cree que la línea que marca el deslinde marítimo terrestre «tendría más sentido si pasara por detrás de las viviendas, pero no por la mitad, como es el caso». Esto ocurre, añade, «porque trazan las líneas desde un estudio sin conocer la realidad». 

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