La UD Las Palmas volvió ayer a Barranco Seco, su lugar de entrenamiento habitual, tras dejar atrás la concentración en el sur de Gran Canaria con un regreso esperado, el de Roque Mesa. El centrocampista, que no entrenó en los últimos días de la pasada semana, ni jugó el primer partido amistoso del verano en Tunte por una sobrecarga, vuelve al ruedo.

Todo después de que su fichaje por el Sevilla se frustrara en los últimos días de la pasada semana. Tras superar las molestias musculares que arrastraba, el '15' se reintegró con normalidad al grupo. Más risueño que durante las últimas jornadas, el centrocampista de Telde vuelve a estar a tope.

Pero el gran protagonista de la sesión fue el nuevo delantero de la UD Las Palmas, Marko Livaja. Tras pasar la revisión médica y ser presentado de forma oficial, el ariete acudió a Barranco Seco para conocer a sus compañeros y cuerpo técnico antes de calzarse las botas.

Ahí, sobre el césped, el exfutbolista del Empoli -donde jugó cedido por el Rubin el curso pasado- dejó algunos destellos de su fútbol. A primera vista, lo que más resalta es su tremendo tren inferior, que auguran una potencia de piernas fuera de lo común. Setién optó por darle balón a Livaja en todo momento. Como pivote en un par de rondos, el delantero mostró que puede jugar con destreza de espalda a la portería. Todo con un notable manejo del balón y poder combinativo.