El 2017 se antoja de entrada como un año clave para las aspiraciones de futuro de la UD Las Palmas. Después de retornar a la élite del fútbol nacional en 2015, mantenerse el curso pasado tras un comienzo difícil y arrancar esta temporada con paso firme hasta situarse en una posición relativamente cómoda sobre el descenso, el equipo amarillo busca ir a más. Pero no solo 2017 serán 365 días decisivos en el plano deportivo, sino también en el institucional, donde la UD Las Palmas maniobra desde las oficinas para completar varias aspiraciones como entidad.
El gran 'fichaje' que quiere cerrar la UD Las Palmas para esta temporada es el proyecto de su ciudad deportiva, un déficit histórico del club de Pío XII. La cantera del club, surtidor de muchos de los futbolistas del plantel profesional de la UD, no tiene un campamento base para entrenar, a diferencia de la mayoría de clubes más importantes del fútbol profesional. Por eso, la ciudad deportiva se ha convertido en la gran prioridad logística.
Una operación que la UD Las Palmas no afrontará sola, a pesar de haber aprobado su mayor presupuesto de la historia en esta temporada -cifrado en más de 55 millones de euros-. La entidad amarilla y el Cabildo de Gran Canaria, en voz de Ángel Víctor Torres, su consejero de Deportes, llevan desde hace varios meses en intensas conversaciones para actualizar el convenio que sellaron ambas partes hace casi once años. Unas negociaciones que podrían culminar en breve y donde la ciudad deportiva es uno de los puntos calientes.
La pretensión de la UD Las Palmas es que su próxima ciudad deportiva se ubique en el Anexo del Estadio de Gran Canaria, incluyendo los terrenos donde se asienta el campo de hockey hierba, que sería reubicado en otro lugar.
Según explicó el propio consejero insular en los micrófonos de UD Radio, emisora oficial amarilla, la construcción de la Ciudad Deportiva es uno de los nueve puntos que ha puesto sobre la mesa el club para actualizar el convenio, casi todos "logísticos" y de "obra civil", con el objetivo de adecuar las instalaciones del club a su caché.
De entrada, el consejero Ángel Víctor Torres también aseguró que este año 2017 el Cabildo afrontará el cierre de los bajos del Estadio de Gran Canaria y que acabará una de las dos torres del recinto. Una obra cuyo presupuesto está cifrado en unos "800.000 euros".
Ésta será la última gran inversión que afronte el ente insular, que en los últimos años ha acercado las gradas al terreno de juego -3 millones de euros, aprobado por la anterior corporación- y ha pintado las butacas de azul y amarillo -operación de 300.000 euros-. En total, una inversión que supera los cuatro millones de euros en apenas unos tres años.
Además, la instalación de un nuevo videomarcador es otro de los puntos a revisar en el nuevo convenio. Otro de los puntos calientes de esta negociación es la construcción de la Grada Naciente, una labor que requiere de una inversión más potente y que está por determinar cuándo y cómo será esa obra.
A su vez, la UD Las Palmas ha afrontado la remodelación casi integral de Barranco Seco, con la obtención de tres campos de fútbol. Además, también abordará negociaciones para poder edificar en ese suelo y levantar un gimnasio, gradas, vestuarios en condiciones o una sala de prensa. Todo en una operación que ronda los 8 millones de euros, afrontada por la propia UD. Los plazos de finalización no son exactos.
La UD Las Palmas busca con estos movimientos llegar a la Primera División. Porque aunque lo esté en el plano deportivo, aún le queda para hacerlo en el logístico, con problemas diarios de ubicación de entrenamientos, tanto para su cantera como para el primer equipo. Es la petición a 2017.
