Oxígeno puro. El Ferrari de Ayestarán supera el Gran Premio de Riazor con triunfo para aplacar el aire salvaje de la depresión. La resurrección de los líricos. Cuarenta noches diabólicas y un torrente de luz en la Copa del Rey. Por fin, cuatro gramos de esperanza. El Dépor pagó el despertar de la bestia amarilla. El bólido de los 115 millones -el valor del mejor plantel en la historia de la entidad- respondió a las expectativas con un primer acto marcado por la fantasía. La doble 'V', Viera y Vitolo, se alineó con Momo. Sin un nueve referencia, la UD respondió.
Y es que el cuadro grancanario puso anoche fin a su crisis con un grito (1-4) que vale de estímulo para la crucial batalla del lunes ante el cuadro gallego en el partenón de Siete Palmas. La contienda liguera se encara de otra manera, tras la primera alegría en la 'era Ayestarán'. Se besa la gloria sin Calleri o Rémy de inicio. El nueve fue...para Tana.
Dos toneladas en un suspiro
Las dianas del alfil de oro Jerónimo Figueroa Momo (2) y Jonathan Calleri (2) trituraron al bloque del debutante Cristóbal. En el cruce de la depresión, la UD, que había encajado doce goles en los últimos 270 minutos ante Barça, Celta y Villarreal, sorprendió con un once repleto de glamour. Titulares al rescate.
La figura de Raúl Lizoain enciende el debate de la portería. Tres intervenciones de mérito en el segundo acto ponen el foco en el partido del lunes. ¿La araña de Escaleritas o Chichizola? El meta argentino ha encajado 22 tantos en las primeras nueve jornadas del campeonato.
A pesar del bombardeo, ha sido uno de los más destacados, pero estuvo irregular ante Celta y Villarreal. Raúl, que no jugaba desde mayo, firmó una de sus mejores actuaciones. Y fue clave al despejar un remate del uruguayo Valverde. En el fotograma previo al 1-3. Fue el héroe silencioso de un encuentro redentor, que por ahora, sepulta los fantasmas. Corta la dinámica incendiaria de un equipo que tiene talento, pero que se esfumó del césped en el segundo acto. Pero se enfureció.
Los de Cristóbal jugaron en inferioridad desde el minuto 24 por la expulsión de Juanfran. Regresaron los espíritus malignos del UD-Celta, cuando los de Ayestarán fueron maniatados por un cuadro vigués con diez. Pero en Riazor, donde ya ganó el bloque isleño en abril de 2016, todo fue diferente. Se esfumó la maldición de Calleri, que no marcaba desde el 11 de septiembre ante el Málaga en La Rosaleda. En solo 15 minutos, el artillero argentino dejó su firma de 'killer'. El primero de su cuenta en la Copa tras un pase de Viera y el segundo, con un toque mágico de Hernán Santana.
Pako se desnuda
Cinco cambios en relación al once del Estadio de La Cerámica. La revolución de míster 'K' se ejerció desde la coherencia. Aplicó la máxima relevancia al torneo del 'KO'. Fue el primer acierto de la noche. Hernán Toledo, Macedo, David García o Aquilani se quedaron en la grada.
Apostó por Raúl Lizoain bajo palos. Un gesto que siembra el debate, tras la portentosa actuación de la araña de Escaleritas. Simón, Bigas, Lemos y Dani Castellano elevaron la muralla. Javi Castellano, Vicente, Momo, Viera, Vitolo y Tana diseñaron dos líneas de seis poetas. Había que jugar sin nueve. Rémy y Calleri, al vacío. Otro gallifante.
Tras el disparo al palo de Schär, la UD gestó la resurrección desde el toque y transiciones rápidas. Viera portó el timón, llevó el balón desde la retaguardia hacia la primera línea de ataque. Regates, personalidad e incluso una amarilla (6').
Desde diciembre de 2012
A sus 35 años, Momo es eterno. El alfil no tiene fecha de caducidad. Con solo 162' en Liga, su última aparición fue ante el Celta de Vigo, al retirarse en el descanso antes de la tormenta perfecta. Pero llegó su venganza. Marcó dos goles y confirma que está listo para liderar la revolución de la 'K'. No anotaba por partida doble desde el 8 de diciembre de 2012. Fue ante el Huesca en el Gran Canaria y en Segunda.
El ex del Dépor -jugó seis partidos con el cuadro gallego pero siempre que pisa Riazor se le recibe con aplausos- aprovechó en el 8' un misil de Vitolo que se estrelló en el palo. Se detuvo el reloj y Vicente cedió un envío milimétrico al '11' isleño.
Todo se generó en una acción de fantasía y combinativa. En el 16', llegó el 0-2 tras otro viaje de fantasía de costa a costa. De área a área, con Vitolo en plan estelar. Clonando su estampa deslumbrante del Sevilla. Primera noche del gladiador de oro de amarillo. Lástima que se marche el 1 de enero al Wanda al ejército de furia del 'Cholo' Simeone.
Viera luce su gen de asistente y se forja la confirmación del renacer del extremo de Las Torres. Cinco años después, Momo saborea la gloria de dos toneladas de pólvora.
La UD tiró seis veces a la portería de Tyton y logró cuatro goles -el Dépor también firmó seis misiles ante Raúl-. Con un 64% de posesión, los de Ayestarán recuperaron 57 balones y sí dieron la talla tras la roja de Juanfran. Se acabaron las tonterías. Coinciden una serie de seis elementos cruciales para justificar el renacimiento del ejército de los violines: gran partido de Raúl, rigor de los centrales Bigas y Lemos, eficacia de Momo y Calleri, Javi Castellano es el timonero, Viera es un alma libre y Vicente Gómez es el escudero perfecto en la medular.
Agosto de 2016 ante Pako
La última ocasión que la UD marcó cuatro goles fuera de casa se remonta a la jornada inicial del curso 2016-17 en Mestalla ante el Valencia (2-4) -22 de agosto-. Pako Ayestarán era el preparador ché.
El técnico vasco lograr sepultar, al menos en la cita del 'KO', su condición de maldito. Encadena diez derrotas en la competición liguera y debe acabar con el gafe ante el propio Dépor en el Gran Canaria. Este lunes, solo vale confirmar las prestaciones del nuevo Ferrari.
Momo se vistió de superhéroe. El Batman de la galaxia. Su efectividad marcó el camino del perdón. Los señalados se libran de sus pecados. La efectividad ante Tyton es la Biblia del nuevo dogma. En 90 minutos, la UD firmó cuatro tantos por los siete que lleva en 810' en Liga.
¿Y qué hizo Ayestarán para taponar la sangría? El escudo de las 22 dianas en contra puso a Lemos en su sitio. En el estreno de Samper, la mejor posesión es la eficacia. La UD supo gestionar con más cabeza la pelota y fue letal. "La mejor manera de defender es atacar". El discurso de Ayestarán toma cuerpo. Silencia su registro terrorífico y besa la esperanza con Momo de salvador.
