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UD Las Palmas Actualidad

Paquito y Abelardo, revulsivos

Las Palmas y Alavés logran su tercera victoria en el campeonato tras un nuevo cambio de entrenador

Paquito Ortiz, entrenador de la UD, el domingo en el Gran Canaria. QUIQUE CURBELO

A la UD Las Palmas y al Deportivo Alavés les ha venido bien cambiar de entrenador. La jornada pasada ambos rompieron su mala racha de resultados ganando con un nuevo inquilino en sus respectivos banquillos. Los amarillos, de la mano de Paquito Ortiz, vencieron al Real Betis (1-0), mientras que los blanquiazules, dirigidos por Abelardo, hicieron lo propio frente al Girona (2-3). Los dos equipos, además, viven una situación deportiva muy similar: están metidos en puestos de descenso tras haber realizado ya un doble cambio de entrenador. En ese contexto, con sus dos preparadores como revulsivos, Alavés y Las Palmas se enfrentan mañana en Mendizorroza (20.00 horas, beIN LaLiga).

En la UD, que regresó al triunfo después de ocho derrotas y un empate, el mérito principal de Paquito, interino hasta la llegada de un cuarto técnico, fue dar libertad a los jugadores para desarrollar todo su fútbol. Le bastó con implantar un sistema claro, el 4-2-3-1, mantener un orden defensivo y, sobre todo, presionar y aumentar la intensidad que el equipo venía demostrando en los últimos partidos. Más allá de libretas y teorías sobre el fútbol, fue sencillo y sus hombres lo agradecieron.

Quizá producto de esa sencillez, sin obviar que el conjunto de Quique Setién no atraviesa su mejor momento, muchos de los futbolistas realizaron su mejor partido de la temporada. Tal es el caso de Macedo, que fue un puñal por la derecha e hizo recordar por primera vez este curso al lateral que maravilló el año pasado, de Lemos, en mejor forma física, o de Bigas, que de tanto ímpetu que puso acabó por romperse.

Pero por encima de todos destacó Javi Castellano. El gemelo está cada vez más cerca de ser aquel jugador que resultó ser imprescindible para Juan Manuel Rodríguez, Sergio Lobera y Paco Herrera en las campañas previas al ascenso a Primera División. Tras superar un calvario de lesiones que le impidieron ser un fijo en las alineaciones del equipo en la máxima categoría, lleva cuatro partidos seguidos como titular y se le ve cada vez mejor. Su papel es sostener el centro del campo, dar salida al balón con pocos toques y, por encima de todo, robar. Con él en el once llegaron las tres victorias de la UD.

El Alavés, puro ímpetu

Si la UD no pudo arrancar ni con Manolo Márquez, dimitido, ni con Pako Ayestarán, superado, el cuadro vitoriano tampoco carburó ni con el argentino Luis Zubeldía ni el italiano Gianni De Biasi. Pero la llegada de Abelardo supuso, de entrada, un cambio de actitud parecido al que ha ocurrido en el conjunto amarillo. Con el mismo sistema 4-4-2, consiguió una victoria épica en Montilivi producto de un acto de fe.

Después de ir perdiendo por 2-0 a falta de media hora, su equipo, alentado desde la banda por el asturiano, logró remontar el encuentro con tres goles de Ibai, el último de ellos cuando ya casi no quedaba más tiempo añadido. Y todo ello porque su equipo creyó. Mañana, en Mendizorroza, se enfrentan dos equipos cargados de moral, pero que, sobre todo, necesitan sumar de tres en tres.

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