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Un problema con Rubén Castro

El delantero, que tiene un año más de contrato con opción a otro, quiere quedarse y en las mismas condiciones | La UD insiste en la necesidad de las rebajas salariales

Rubén Castro, ayer durante el entrenamiento matutino en Barranco Seco. J. PÉREZ CURBELO

La UD Las Palmas quiere renegociar los contratos de la gran mayoría de los futbolistas de la plantilla con contrato en vigor por el severo ajuste económico que debe realizar como consecuencia de no haber logrado el ascenso. El tope salarial del plantel sufrirá una bajada drástica desde los17 millones hasta los 7,5 -según el presidente Miguel Ángel Ramírez- y ello le obliga a pactar con los jugadores nuevas condiciones en sus vínculos, sin embargo, no todos están por la labor. Es el caso de Rubén Castro, que a sus 38 años gana más de un millón y le queda una temporada más en el club, que será otra si juega un mínimo de 20 partidos.

Pese a todo, desde las oficinas de la entidad amarilla aseguran estar tranquilos. Sin ir más lejos, el máximo mandatario aseguró el lunes tras la inauguración de la nueva ciudad deportiva de Barranco Seco que todo estaba controlado. "Ni un jugador va a decir que no. A ustedes -los periodistas- todos les dirán que no, pero a nosotros ninguno nos ha dicho que no, o sea que tranquilos (...). Yo no tengo ningún problema con los jugadores y todos van a aceptar", declaró.

Ramírez, por tanto, espera un desenlace feliz con todos los futbolistas, también con Rubén Castro, aunque, de momento, las cartas no están encima de la mesa. Esta semana es clave porque está previsto que la UD comunique al delantero -y a otros jugadores- cuál es su propuesta concreta, algo que en muchos de los casos todavía no se ha producido, más allá de la declaración de intenciones que Rocco Maiorino, director deportivo, y Toni Otero, secretario técnico, les comunicaron en la última semana de trabajo del curso pasado.

Las fórmulas

Entonces, los mandamases de la parcela deportiva amarilla les informaron que la entidad atravesaría un periodo de ajuste económico porque la rebaja del límite salarial y, en consecuencia, del presupuesto, y que eso conllevaría una revisión de los contratos. Ese primer encuentro con todos los jugadores con contrato en vigor que estaban presentes ese día en El Hornillo fue a título informativo y ninguno recibió una propuesta concreta.

Lo que sí les transmitieron fue que había diferentes fórmulas para solucionar el problema que se les venía encima, tales como una rescisión de contrato pactada, como fueron los casos de Juan Cala, que sigue sin equipo, o de Fidel Chaves, que llevó una oferta del Elche, o una rebaja salarial este próximo curso a cambio de más años de contrato, que será la más utilizada.

Esa, embargo, no es un vía que interese a Rubén Castro. La intención del atacante es cumplir el año que le queda, más el siguiente opcional siempre y cuando participara en un mínimo de 20 partidos, algo que considera muy probable, y luego retirarse. En otras palabras, no le interesa ganar una temporada más porque quiere colgar las botas, como muy tarde, en junio de 2021, cuando cumplirá 40 años.

Ante ese panorama, la UD y el jugador están obligados a entenderse. El isletero, por su lado, quiere quedarse, pero no está dispuesto a sufrir una reducción drástica en sus emolumentos. El club, por el suyo, cuenta con él, sobre todo por su capacidad goleadora, pero no a ese precio. Es por ello por lo que deberá buscar una fórmula que sea satisfactoria para las dos partes. Mientras, Rubén asegura no tener ofertas, mientras que fuentes del club sotienen, en cambio, que tiene una propuesta del fútbol chino.

Cabe destacar que el contexto actual que vive Las Palmas puede cambiar de manera significativa en cuanto la entidad culmine las ventas de Mateo García y Rivera, algo que prevé hacer en los próximos días o la semana que viene, según Ramírez. Cuando eso se produzca, la UD podrá incluir una parte de la suma obtenida por los traspasos en su apartado de ingresos, lo que significará el aumento del tope salarial.

Será entonces cuando el club, con unos números nuevos que manejar, se replantee nuevamente qué hacer con Rubén y el resto. Podría darse el caso, incluso, de que no fuera necesaria una reducción de su salario, aunque supondría un agravio comparativo. Pero él considera que, por sus goles y su trayectoria, merece ese trato.

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