Dos décadas de la epopeya del motivador Kresic. Veinte años del último alegato de fantasía made in Estadio Insular. A falta de dos jornadas, el cuadro amarillo se imponía (4-1) al Elche en el recinto de Ciudad Jardín y ponía fin a doce años de ausencia en la liga de las estrellas.
Tarde de transitores, se dieron las combinaciones y fiesta en el Floridita. Socorro -técnico del San Mateo- ideó el plan de teñirse la cabellera de rubio. Una apisonadora, confeccionada a golpe de talonario, que besó en la 1999-00 el título de campeón de Segunda. En cuatro años,se pusieron sobre la mesa 60 millones de euros -10.000 millones de euros-.
60 goles a favor y 41 en contra. Sarasúa, Eloy (2) y Lago fueron los realizadores del éxtasis. El broche al curso del 50 aniversario.
La UD formó con Cicovic -ahora en el cuerpo técnico de Las Palmas Atlético-, Jaime Quesada, Sarasúa, Molina, Paqui; Lago, Ramón, Samways, Jarni; Renaldo y Eloy. Ni rastro de la cantera.
Orlandito, Sequeiros y Jorge Larena saltaron al verde en el segundo acto. En el caso del centrocampista, fue su debut con ocho minutos en la orgía de sentimientos. El primer estreno en el 'ciclo Kresic' de un platanito. Ya en la siguiente, se tiró de Guayre, Ángel López o del propio Rubén Castro.
Eloy Jiménez terminó como pichichi con trece tantos. Manuel García Navarro, presidente -primero estuvo Fernando Arencibia Hernández de forma interina-, y Sabino López, director general, comandaron la hazaña en los despachos. Hubo tensión entre bambalinas y Navarro puso 310 millones de pesetas para asumir el control ante Gerencia Deportiva.
Osasuna y Villarreal acompañaron a Las Palmas a la máxima categoría. Nuevo siglo y adiós al infierno. El salto generó 6 millones de euros de ingresos de la cuota televisiva y 16.000 kilos de basura en una capital sedienta de éxitos. Fue también el principio del fin hasta el concurso de acreedores. El precio del despilfarro.
Hubo que esperar y padecer. El 22 de mayo de 1988, Las Palmas sucumbía ante el Betis en la última jornada y daba con sus huesos en Segunda en el Estadio Insular.
El abismo se convirtió en lo cotidiano. Tras habitar 29 de sus primeros 38 años en Primera, como referencia estética, la UD perdió su trono en la élite. Encadenó doce años entre la Segunda (8 temporadas) y lo nunca visto: las catacumbas de la Segunda B (4).
Se apostó fuerte. Todo o nada. Llegaron altas de renombre como el mundialista y exjugador del Real Madrid o Betis, Jarni, así como Jaime Quesada, Olías, Jaime Molina, Pablo Lago, Amador, Ramón, Sequeiros y Tevenet -del Atlético de Madrid-, David Pirri y la última aparición del diamante Jorge Larena -internacional en las categorías inferiores y que sumó 193 duelos en Primera entre la UD, Atlético de Madrid y Celta-.
Regularidad, constancia y músculo. Olías (3.295 minutos), fue el activo más utilizado. Seguido por Vinny Samways (3.248'), Jaime Molina (3.190'), Paqui (2.919'), Cicovic (2.790'), Josico (2.779'), Pablo Lago (2.565'), Eloy Jiménez (2.488'), Jaime Quesada (2.425') y Álex Castro (2.192'), que aparece en la décima posición como el primer jugador de la tierra con mayor recorrido en esa campaña.
Reseñar que el defensa isletero jugó hasta de portero contra el Lleida tras la expulsión de Amador. Subiría en calidad de cedido con el Tenerife de Rafa Benítez en la siguiente campaña para hacer su particular doblete.
El manifiesto: cambio de rumbo
Kresic logró en la UD su cuarto ascenso -Marbella (2) y Mérida completan su historial-. Fue presentado el 22 de junio de 1999. Se le armó un equipazo. Un señor Ferrari -como muestra el desembolso de las antiguas 750 millones de pesetas por las cesiones de Tevenet, Sequeiros y Ramón-.
El 1 de abril del 2000, la cosa pintaba mal -quintos y a dos puntos de la tercera plaza-. Tropiezo ante el Logroñés y Kresic leyó un manifiesto ante los medios. Atizó al enterno y pasadizo a Primera.
Tras el golpe de timón psicológico, cinco victorias consecutivas. Los amarillos encadenan la mejor racha de la temporada: Lleida (1-0), Salamanca (0-2), Albacete (2-1), Badajoz (0-2) y Getafe (2-1). Y todo a raíz del gesto de Kresic y su defensa del plantel ante la prensa.
Así lo expresó: 'No como profesional, sino como compañero de trabajo de los jugadores, quiero declarar públicamente que no consiento ni un día más que se dude de la profesionalidad y entrega de ningún miembro. Jamás he notado un clima tan negativo, tan destructivo y me parece mentira que ustedes, que llevan viviendo aquí toda su vida, y viajan y ven lo que ocurre fuera, no lleguen a la conclusión que yo he llegado. Nadie podrá ascender a este equipo (...) Da la impresión de que si la UD asciende y va bien, algunos medios de comunicación perderán gancho, porque viven de la crítica despiadada, de mentiras que a fuerza de repetirse cada día, muchos llegan a creer que es verdad. Apelo a la inteligencia de los aficionados para que reflexionen (...) ¿Por qué no decidimos evitar enfrentamientos? Todo el que se viste de amarillo y el que siente estos colores es miembro de una familia. No piensen que estas palabras son el desahogo de un hombre con miedo, son las palabras sinceras de un hombre que se siente partícipe de los sueños de toda la gente que he conocido en estos meses. En todos los sitios en los que he estado he cumplido con los objetivos, incluso en los equipos en los que me cesaron. Y si yo pensara que no puedo ascender a la UD, les doy mi palabra de que me iría (...) Y un hilo de miedo que le hiela un segundo el cuerpo a un jugador es un gol que no entra. Lo que separa el éxito del fracaso. Critíquennos, pero no nos ofendan por sistema. Y si hay alguien que no sabe vivir sin ofender, que me ofenda a mí, pero nunca a mis jugadores. Repito que me ofenda a mí, que no conozco el miedo de esta profesión. El latigazo dio resultado. Selló la permanencia en Primera y regresó en 2009. Fue destituido.
Vinny Samways tardó 13 minutos en ser expulsado el día de su debut -15 de diciembre de 1996-. Temperamental y de raza, sumó 206 encuentros de amarillo en seis temporadas. Fue el sostén en la medular para Kresic. "Veinte años no son nada, el recuerdo es el del Insular y el cariño de la gente. La UD es un equipo de Primera que circunstancialmente está en otra categoría. Aquella temporada fue una liberación, fue tremendamente duro. La gente pensará que fue fácil, pero en el fútbol de élite no se te regala nada. En estos tiempos difíciles por el virus, recordar este ascenso es el mejor regalo y homenaje a esa gran afición. Y a ese gran estadio".
El excentrocampista inglés del Tottenham, Everton o Sevilla lleva una empresa de representación de jugadores. "El fútbol, como todos los sectores, acusará los efectos de la crisis. Pero Las Palmas tiene cantera y el calor de su gente. Eso vale millones y millones".
El peso de la responsabilidad
Luis García Tevenet -46 años- lleva las riendas del filial del Levante UD en la categoría de bronce. Una de sus grandes aspiraciones del preparador andaluz sería poder entrenar a la UD Las Palmas. El exatacante del Sevilla, Atlético o Poli Ejido firmó 63 encuentros con el club grancanario. Sobresalen los tres tantos logrados ante el CD Tenerife -uno en Primera-.
"Un ascenso te acompaña para siempre, para toda la vida. Había un grandísimo equipo y Kresic logró lo más complicado: armar un bloque de hormigón. Comenzamos contra el Tenerife [victoria 2-0 en el Insular] y lo mejor llegó al final. En ese tramo decisivo, Las Palmas dio la talla. Éramos jugadores jóvenes con el respaldo de los veteranos en todo momento".
Tevenet, con ocho dianas, se coló en la nómina de las ejecutores de Kresic. El resto la integraban Eloy (13 tantos), Sequeiros (8) Olías (5), Pablo Lago (5), 'Orlandito' (4) o Jarni (4).
El preparador granota lamenta que no se estirase más en el tiempo este ciclo de éxito. En Primera, la UD solo duró dos campañas. "Había jugadores de renombre y comenzaban a salir futbolistas de la cantera. Lo teníamos todo para haber marcado una época".
La bombonera
Efecto caldera. Francisco Nicolás Veza Fragoso 'Paqui', medalla de oro en los Juegos de Barcelona, responsabiliza al Insular del ascenso. "Es que volábamos, en ese estadio sentía el latido de los aficionados. Les veía la cara. Prácticamente los conocías ya. Eran como si fuesen de tu familia. Jamás podré olvidar ese templo", determina el lateral zurdo, que sumó 202 duelos con la UD.
Veinte años de un salto de riesgo, los futbolistas ejercieron de funambulistas. "Claro que había presión, Las Palmas es un club muy grande. Es el precio. Rigurosos atrás y siempre con personalidad en el campo. Sí me acuerdo que tras batir al Lleida, hicimos cinco victorias consecutivas, ahí hubo medio ascenso. Pero resalto la alegría de una isla, eso te lo llevas a la tumba. Ese pueblo es maravilloso, siempre animando".
De un incombustible a un central silencioso. Víctor Afonso formó parte de ese plantel de la 1999-00 y no contó para Kresic. En la actualidad, dirige al filial del Al-Tai Saudi Club de la Primera de Arabia Saudí -también ha llevado las riendas de Las Palmas Atlético, Atlético de Madrid B y Lincoln Red Imps Football de Gibraltar-.
"Participé poco pero aprendes muchísimo. Kresic es un gran técnico y un ganador. La UD fue un equipo fiable y reconocible en todo momento. Hicimos felices a mucha gente", valora el capitán, que sí subió de amarillo con Pacuco (1996) y Juanito (2006). En tiempos de pandemia, el vuelo de Kresic vale de vitamina contra el virus. Pura adrenalina.
