La Provincia - Diario de Las Palmas

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El espejismo de los peloteros

Pepe Mel juntó en la segunda parte a sus atacantes más destacados pero solo deslumbraron en la gran jugada del gol - El hambre del Oviedo frenó a la UD

Fede Varela, que salió en la segunda parte, conduce el balón rodeado por dos jugadores del Oviedo, con Aridai detrás. LOF

Ver el gol de la UD Las Palmas en la segunda parte y la alineación que tenía sobre el campo en ese momento daría a entender que el Real Oviedo estaba sufriendo. Y que iba a seguir sudando la gota gorda para mantener el resultado hasta el final del partido. Y es que el tanto de los amarillos fue una maravilla. Una exquisitez de combinación entre cinco jugadores y el desenlace impecable de Rubén Castro.

Empezó cuando Álex Suárez recupera el balón y tras combinar en el mediocampo con Mauricio Lemos y Galarreta abrió para la derecha hacia Álvaro Lemos. El gallego, que está lanzado desde que regresó de su lesión, retrocedió su posición para encontrar a Galarreta. El mediocentro controló rápido y regateó para dejar a atrás a dos rivales. Mientras, Pedri se desmarcaba para pillar la espalda de la defensa. Galarreta le encontró y el tinerfeño, tras mirar al área, soltó un pase raso con la potencia suficiente para que llegara a Rubén Castro antes de que pudieran despejar los defensas locales. El 'Moña' se quitó de encima a Grippo con un amago espectacular y embocó con la puntera de la pierna izquierda, un recurso marca de la casa.

Pepe Mel había puesto toda la carne en el asador después de una primera mitad en la que la UD apenas había logrado pasar del centro del campo con el balón controlado. Cada vez que Eric Curbelo, Mauricio Lemos, Álex Suárez o Benito Ramírez, la defensa titular, intentaba superar líneas se veían forzados a retroceder el cuero a Álvaro Valles. La presión del Oviedo impedía avanzar a la UD y aunque Galarreta se esforzaba no conseguía activar él solo a Pedri y Narváez.

Ante semejante escenario, empeorado por el gol en contra, Pepe Mel movió ficha. El madrileño volvió a demostrar que no se anda con rodeos a la hora de hacer los cambios. Así que metió a Álvaro Lemos y a Fede Varela por Fabio y Eric Curbelo. Quedaba así un soble pivote muy ofensivo y dos carrileros largos como Lemos y Benito que permitían a Pedri y Narváez meterse por dentro y buscar las cosquillas al Oviedo entre líneas.

Pero la UD salió con el freno de mano puesto y cuando se dio cuenta se topó con el segundo del Oviedo. Mel dobló la apuesta y metió a Dani Castellano por Cristian López, otro que pasó desapercibido. La garra no es suficiente. Con el 2-0 el Oviedo cedió terreno y la UD se adueñó de la posesión. Era la última bala para engancharse a la promoción de ascenso y había que exprimirla como fuera. Y en eso se puso la UD.

Ocurre que los amarillos nunca se encontraron cómodos en el campo contrario pese a que toda la calidad de su plantilla, la misma que en los últimos encuentros ha dejado momentos notables, la tenía sobre el verde. A veces por faltas en ataque mal señaladas por el colegiado, otras por errores absurdos en el pase, otras por centros muy cortos y también por el mérito defensivo del Oviedo, que nunca se encerró.

La UD no conseguía progresar y su primera ocasión no llegó hasta que faltaba media hora con un remate lejano de Benito que despejó con problemas Lunin tras un bote traicionero. El aldeano fue uno de los que no tuvo su mejor día. La siguiente también llegó desde lejos con un disparo de falta de Mauricio Lemos, potente pero al centro, que atrapó Lunin. Y luego un centro de Álvaro Lemos, que siempre tuvo una marcha más que el resto de sus compañeros, que se envenenó y obligó a Lunin a despejar a córner. Poco después llegó la recuperación de Álex Suárez y la excelente combinación que culminó Rubén Castro. Con el mayor talento posible dentro del campo, se esperaba más del ataque amarillo. El gol fue un espejismo.

La salida de Pedri

Los cambios habían dejado a Pedri un escenario apetecible para su juego y lo demostró en la acción del gol con una gran asistencia. Pero Pepe Mel optó entonces por sacarle en lugar de Aridai ya que consideraba que "venía de jugar el partido completo y en 48 horas tenemos otro partido". Lo cierto es que si la UD estaba a un nivel raquítico antes del gol, tras la salida de Pedri le costó aún más.

De hecho, fue el Oviedo el que puso las ocasiones de gol en lo que quedó de partido. La UD, mientras, siguió desesperada y deambuló en su última oportunidad.

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