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La UD prevé pocos y tardíos movimientos en el mercado

El club, con la plantilla profesional completa, necesita dar alguna baja si quiere fichar en invierno | El contexto de ajuste general en el fútbol augura una ‘ventana’ pobre

La UD prevé pocos y tardíos movimientos en el mercado

Hay una realidad palmaria: la UD Las Palmas, si quiere reforzar la plantilla en el mercado invernal que arranca el próximo 4 de enero de 2021 y se prolongará hasta el 1 de febrero –incluido–, debe dar la baja a alguno de los miembros actuales del plantel, porque las 25 fichas profesionales están todas ocupadas. Por eso, y por la situación generalizada de ajuste económico en el mundo del fútbol en el año de la pandemia, desde la entidad amarilla prevén pocos movimientos de llegadas y salidas y, en todo caso, tardíos.

Suele ser así. Sin ir más lejos, la UD realizó más de cinco operaciones el día en que se cerraba el último mercado estival, pero en un contexto en el que los clubes, buena parte de ellos pendientes de ajustarse a los límites salariales establecidos por LaLiga –el estamento futbolístico permitió a las entidades arrancar con un balance negativo como medida de excepción por los efectos económicos negativos de la Covid-19–, se acrecienta todavía más.

Porque casi nadie quiere dar el primer paso para no encarecer el producto, es decir, el jugador con el que se pretende realizar una operación. Eso lo saben bien en las oficinas de Siete Palmas y no hay prisas ni urgencias por hacer muchas modificaciones en la plantilla actual, aunque también tienen algunos objetivos que pretenden cumplir.

La salida de Rivera, al que la entidad no encontró acomodo en verano, marcada como prioridad

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Pepe Mel, por su parte, tiene claro que quiere refuerzos, aunque prefirió postergar la petición pública de fichajes hasta que la apertura de la ventana no esté más cerca. En cualquier caso, para que llegue alguien es preciso que se vaya otro y por ahí Christian Rivera puede tener una de las llaves para la incorporación de una cara nueva en enero.

El centrocampista, que desde que llegó a la UD Las Palmas en el verano de 2018 ha salido cedido a tres equipos diferentes –Huesca, Leganés y Girona–, no encontró acomodo en el mercado de verano y finalmente se quedó, y además sin reducir su salario, uno de los tres más altos del plantel –junto a Araujo y Raúl Fernández–. Ese, precisamente, es uno de los motivos por los que el club pretende quitarse de encima al asturiano, que tiene contrato hasta junio de 2022. Y el jugador lo sabe.

Hasta el propio Mel aseguró hace meses que el futbolista tenía por delante este tramo para volver a ponerse en el escaparate y salir hacia un equipo de Primera o uno puntero de Segunda. Su titularidad el sábado pasado ante la Ponferradina y su más que notable desempeño pueden servirle para gozar, por fin, de una continuidad en diciembre que no ha tenido hasta el momento.

Si bien Rivera, por cartel y por objetivo prioritario de la UD es el candidato principal para dejar hueco, hay más vías, como por ejemplo cortar alguna de las cesiones de dos jugadores que no han rendido al nivel esperado: Pietro Iemmello y Tomás Cardona. Desde la entidad amarilla aseguran que a estas alturas de la película esa opción no se contempla, pero tampoco la descartan.

Mel, que quiere probar jugadores en diciembre, pide refuerzos a la dirección deportiva

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Como tampoco alguna salida en forma de cesión de algunos jugadores que han tenido pocos minutos –léase Cedrés o Maikel Mesa, que ya se fue a préstamo el invierno pasado– o la venta inesperada de algún futbolista, algo que consideran altamente improbable en el contexto de ajuste generalizado actual.

A la constatación de que la UD Las Palmas no tiene sitios libres en su plantilla se suma el hecho de que Raúl Fernández, al que se dejó sin ficha por encontrarse lesionado, debiera estar recuperado definitivamente en enero y, por tanto, ser incluido como uno más, aunque la intención del club es llegar a un acuerdo para terminar con el vínculo que les une hasta el próximo mes de junio.

Con todo, la UD Las Palmas tiene tareas que acometer en el próximo mercado que versarán, sobre todo, en la resolución del caso Raúl, la salida de Christian Rivera para ahorrar una buena parte de un salario alto y dejar hueco para una posible incorporación, y otras bajas, bien de jugadores que salgan cedidos o bien por el corte del préstamo de Iemmello o Cardona.

En cualquier caso, el mercado invernal que abrirá el 4 de enero se caracterizará por los pocos movimientos que habrá debido al dinero escaso de la mayoría de los clubes y, cuando los haya, tendrán lugar, sobre todo, en el tramo final de la ventana, cuando el tiempo para el tira y afloja en las negociaciones se agote y ya no quede más remedio que ceder.

En ese contexto, la llegada de Jonathan Viera, que se antojaba como una posibilidad real en verano, es prácticamente imposible. La UD lo que prevé a principios de diciembre es un mercado tranquilo en el que tratará de atender las peticiones de Pepe Mel siempre y cuando consiga hacer hueco en la plantilla profesional. Sólo a partir de ahí Las Palmas podrá renovarse de cara al tramo final de Liga.

OTRA AMPLIACIÓN DE CAPITAL ANTES DE QUE ACABE 2020

Tal y como anunció Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, el pasado mes de septiembre, la entidad amarilla deberá acometer una nueva ampliación de capital de alrededor de un millón de euros antes de que acabe el año 2020. Tras la última Junta General Extraordinaria de Accionistas el dirigente amarillo comentó que “la orden ministerial publicada el viernes 10 de julio obliga a todos los equipos de fútbol profesional a tener un capital social superior a los 4 millones de euros”. Con la ampliación de 500.080 euros aprobada el pasado 9 de septiembre, ese capital social de la UD Las Palmas asciende a alrededor de 3.200.000 euros, por lo que todavía haría falta algo más de un millón para llegar a la cifra exigida en la nueva ley. Cabe destacar, por otro lado, que LaLiga permite gastar el 50% del dinero de una ampliación de capital siempre y cuando el club esté a cero, es decir, que cumpla en definitiva con los límites de control impuestos por la patronal futbolística. Si no es así, sólo podría utilizar el 20% de la cuantía. | P. F.

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